Skip to main content

Para bailar, vivir para bailar.

Para bailar, vivir para bailar.

Marcelo Solis y Mimi bailan Tango

Para bailar de verdad quizá lo que se necesite es vivir como un bailarín.

No quiero decir que para bailar se requiera dedicarse a bailar como profesión. Lo que quiero decir aquí es algo que voy a explicar a continuación con una comparación.
 
Si a mí me gustara, por ejemplo, andar en bicicleta, lo que necesitaría sería una bicicleta. Esta bicicleta sería construida en una fábrica de bicicletas. Estaría ya lista, con sus llantas infladas y su cadena perfectamente aceitada al momento de montarme en ella y empezar a pedalear.
 
El cuerpo y el alma del bailarín es como esa bicicleta. Así como sería realmente engorroso tener que fabricar una bicicleta al momento para poder montarla y pedalear, yo no podría bailar con un cuerpo que no haya sido condicionado, entrenado, preparado, es decir “fabricado” previamente para bailar. Ese proceso de “fabricación” del cuerpo y alma que baila sucede cotidianamente.
 
Como yo no podría bailar con un cuerpo que no es el de un bailarín, y ese cuerpo es el único que tengo a mi disposición desde que me levanto a la mañana, yo ya tengo en cuenta a esa hora que mi cuerpo y todo mi ser tienen que estar listos para bailar a la hora de pisar la pista de baile de la milonga.
 
Claro que cualquiera puede bailar, en cualquier momento, sin mucha preparación, porque, a mi entender, ser un ser humano es ya ser un ser que baila.
 
Pero creo que estaremos de acuerdo que bailar Tango requiere más, mucha más en sutilezas, destrezas, percepción, y consciencia que ese mínimo que es el que nos hace bailarines ya por ser humanos.

Bailar un baile como el Tango es, yo lo siento así, como filosofar acerca de lo que es importante en la vida, en cuestiones tales como el valor de la vida en sí misma, es decir: si vale la pena vivir o no, y por qué, es decir: si hay o no razones para esa respuesta; si el lenguaje nos sirve para algo aquí, si quizá no es una respuesta más apropiada callarse y bailar.
 
Ahora bien, ese callarse no es una resignación, por así decirlo, sino una celebración, ya que descubrimos que la ausencia del lenguaje común, el que hablamos todos los días, no representa ningún problema, sino que inclusive nos ayuda, en el problema más profundo de la soledad íntima del individuo.
 
El Tango, como música, como baile, como cultura y filosofía de vida, y como algo distinto de todo eso, que lo incluye, pero que genera algo mayor y diferente, un modo de existir, de vivir la vida, es algo que nos emociona, nos hace enamorarnos, nos da sentido, nos lleva a una plenitud en la siempre soñábamos vivir, eso que de chicos intuimos que era la vida. No habría que creerse que con un estudio exhaustivo y metódico de sus aspectos técnicos, con un entrenamiento y una puesta en práctica de principios objetivos, obtendremos el Tango. Apenas, con eso, que es por supuesto imprescindible, prepararíamos un suelo que quizá sea fértil para lograr bailar.

¿Qué queremos los bailarines?

Quizá dejar de ser bebés en relación a nuestros cuerpos.
 
La felicidad podría no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para una vida que encontraría su significado.
 
La felicidad sería organizarse.
 
¿Por qué el bebé deja de ser bebé?
 
Posiblemente porque siente presión del medio y tiene que reaccionar y cambiar, modificarse y desarrollar respuestas y adaptaciones a esas presiones. Lucha, se opone, se somete, se adapta o se impone.
 
El marketing parecería proponerse como una filosofía de vida según la cual hay que consumir en el presente y urgentemente todo lo que deseamos ahora, lo que hemos deseado alguna vez, y  lo que quizá deseemos en el futuro –porque quizá ya no se halle disponible en ese futuro. Pareciera que no hay alternativas que se hagan oír con claridad y las que hay son tímidas y endebles, o tercas, ciegas y sordas, que desperdician energía vital en explosiones violentas, indignas e ineficaces, o con palabrerío sin valor, pero calmante o justificativo. Esa filosofía, llamada marketing, entonces, se presenta como si fuera la única posible. Entonces, vivir parece volverse vivir dentro del mercado, es decir, algo así como vender tu vida para consumir cosas. Hasta las experiencias parecen haberse cosificado.
 
Por ejemplo: el viajar –la “experiencia” del viaje–, se ha cosificado. Oí de alguien muy sabio decir (no recuerdo quién ahora): “el único viaje posible es el viaje que hacemos hacia nuestro interior”.
 
Entonces, quizá haríamos bien en entrenar y conocer nuestro cuerpo, y en medir el valor de las consecuencias espirituales de ese entrenamiento y conocimiento; podríamos llevar esa sabiduría al terreno de nuestra relaciones sociales e íntimas, es decir, reconocernos en los otros, conocernos más en el “darnos a conocer”. Eso nos volvería bailarines.
 
Por eso creo que el marketing (como lo entienden los profesionales del marketing) no puede ayudarnos a encontrar nuevos estudiantes, o más bailarines para que vengan a las milongas para los organizadores de milongas, o para promover el Tango en general.

En la manera en como yo siento el Tango, es para mí Amistad. ¿Cómo podría comercializarse la amistad? Y dado que no encaja en el mercado, ¿deberíamos concluir que no tiene valor?

Nuestros alumnos y los maestros de nuestra escuela somos buenos amigos porque todos tenemos un amigo en común, un amigo al que queremos mucho, un amigo que se llama Tango ❤️

El Tango te espera. Vení a nuestras clases.

Read this article in English

Más artículos sobre nuestro querido Tango:

Bailando tango Marcelo Solis y Mimi blanco y negro

Lecciones privadas

La manera más efectiva de aprender a bailar

Hacé la prueba

aprende a bailar tango, bailar, bailar tango, clases de tango, cómo vivir, filosofia de vida, la mayor belleza, tango, tango argentino

Para bailar bien el Tango

Para bailar bien el Tango

Marcelo Solís bailando tango argentino con Mimi

Para bailar bien, es decir: para BAILAR, tendremos que organizar nuestra vida en esa dirección; no voy a lograr bailar bien si mi vida se desarrolla lejos de ese objetivo.
En efecto, si lo que anhelo es, por ejemplo, hacer dinero, mi vida entonces se va a orientar en esa dirección, en la dirección de abstracciones (el dinero es una abstracción), muy lejos de mi cuerpo real. 

Póngase cualquier proyecto en esta balanza y considérese a qué distancia se encontrará el objetivo principal de ese proyecto de la realización de un buen baile.

Nadie está obligado a bailar bien. Las verdades, los proyectos de vida, los deseos no pueden ser los mismos para todos.
 
Yo me inclino a pensar de esta manera: cuando llegue al final de mi vida, qué quisiera ver en la estela dejada por esa vida.
 
Imaginemos todas las vidas posibles que podríamos llevar a cabo. Tratemos de pensar y sentirlas, pesarlas, olerlas, mirarles sus colores, medir el alcance de sus rascacielos luminosos de triunfos y sus abismos negros de malos sabores.

Quizás todos vivamos en mundos diferentes, con las cosas y las personas con las que nos rodeamos. Una vida podría así desarrollarse en la dirección de una elección del mundo propio en el cual habitar.
 
Considero que, quizá, una buena manera de vivir se desarrollaría en la dirección de volverse cada vez más capaz de dirigir y seleccionar lo que se incorpora al proceso de nuestra existencia.
 
En particular, en lo que a mí respecta, prefiero lo que hace mi fisiología poderosa, mi cuerpo más versátil, adaptable y feliz, mi mente lúcida, mi espíritu liviano y bailarín.
 
Esta es la pregunta fundacional que se responde con la vida misma: ¿Cómo vivir?
¡Eso sería bailar!
Ahora bien, ¿debería yo preguntarme “para qué” y/o “para quién”?
 
Podríamos también tal vez respondernos: “hay cosas inmediatas, urgentes que resolver, vivimos en un momento preciso de la historia la cual nos condiciona, es decir, nos esclaviza y obliga a hacer cosas que no haríamos de otro modo. Pospongamos, entonces, nuestro plan, nuestra vida, hasta que hayamos resuelto el presente y respondido a todas las obligaciones implícitas en sus llamadas”.
 
La verdad, mi verdad en particular, en relación a esto, es que eternamente vamos a estar obligados con el presente. Ya nacimos así: OBLIGADOS.
 
Mi opinión en esto es la siguiente: es una cuestión de perspectiva; depende mucho de desde dónde miramos la vida, dónde nos colocamos –física y espiritualmente– para mirarla.
 
Escuchemos el tango “Me quedé mirándola”, por Anibal Troilo con Alberto Marino en voz. (Te pregunto… ¿Hay otra versión de este tema que podamos bailar?)
 
A veces la gente se va del baile, es decir, abandona el proyecto de bailar, porque chocan contra una barrera la cual no se animan a cruzar. Aunque siempre se dan a sí mismos otras excusas.
 
Yo mismo he abandonado muchas de mis vidas anteriores para alivianarme lo suficiente para poder continuar bailando.
 
¡Y no crean que no van a encontrar dudas; dudas sobre sí mismos y sobre el valor del baile!
 
Hay muchos mundos posibles, muchas realidades paralelas a las que no se pueden acceder de ninguna manera “objetiva”, como podrían ser los logros de la ciencia y la tecnología.
 
¿No pensás que habría que atreverse?
 
Pero esto es una cuestión de gustos.
 
Cuando yo veo a alguien que baila, que BAILA, veo a alguien libre. Ya su cuerpo no es ergastulum, como decía la iglesia católica en la edad media, significando “prisión del espíritu”, un espíritu que tiene que esperar hasta la muerte para ser liberado.

Cuando veo a alguien BAILANDO, veo su espíritu ya libre en la vida, ya no esperando, posponiendo, procrastinando vivir para encontrarse quizás un día con esa pregunta fundamental no solo no respondida, pero aún nunca hecha.

Read this article in English

Conocé más sobre nuestro Tango

bailar, como amar, como bailar bien, como vivir bien, filosofia de vida, sentido de la vida, tango, tango argentino

Historia del Tango – Extracto: Diferencias entre “compadrito”, “guapo” y “malevo”.

Historia del Tango – Extracto: Diferencias entre “compadrito”, “guapo” y “malevo”.

Cuchillo de compadrito | Historia del Tango.

¿Se pregunta cuál era la diferencia entre “compadrito”, “guapo” y “malevo”? Adrian Rodríguez Yemha nos ofrece los resultados de su investigación:

Compadrito:

Bailarín por naturaleza, amable, simpático, siempre de trabajo laboral honesto, pulcro, romántico, portaba cuchillo y lo sabía manejar muy bien llegado el caso.

Guapo:

Hombre cuchillero, pesado de barrio, guarda espalda de caudillos políticos, formaban familia, muchos con el tiempo hasta terminaban en un trabajo honesto.

Malevo: 

Proxeneta, rufián, pendenciero, de malos hábitos, traicionero, sin hidalguía ninguna, si podía apuñalar por la espalda lo hacía.

Read this article in English

Más sobre la historia del Tango

compadrito, guapo, historia, historia del tango, malevo, tango, tango argentino

Historia del Tango – Parte 11: José Martínez. El gran intuitivo.

Historia del Tango – Parte 11: José Martínez. El gran intuitivo.

José Martínez, pianista y compositor de nuestro Tango.

(28 enero 1890 – 27 julio 1939)

Fue un gran pianista y compositor que ha dejado tangos perdurables, en versiones que todavía escuchamos y nos gusta bailar, a pesar de que no sabia escribir música ni la estudió formalmente.

Se lo conocía en el ambiente por el apodo de El Gallego, a lo que él respondía: «Eso es antojadizo, soy porteño. Llevo apellido español pero mis padres, mis abuelos y bisabuelos eran argentinos».

Sin haber estudiado música, ejecutaba de oído y sin embargo fue muy buen instrumentista y mejor compositor; como no sabía escribirlas, sus creaciones las pasaban al papel otros músicos entre los cuales estaban Eduardo ArolasAugusto BertoAgustín Bardi y Francisco Canaro.

Era un gran intuitivo, que aprendió a tocar el piano mirando cómo tocaban sus amigos.

Inclusive dejó la música en varias oportunidades para trabajar como asalariado en distintas compañías, como las cerealeras Bunge & Born, Dreyfus, y en una escribanía.
 
Su carrera profesional comienza en 1911, con un trio formado con Augusto Berto en bandoneón y Julio Doutry en violín.
Solía inventar la melodía de sus composiciones improvisando durante sus conciertos.

En un momento integró una formación junto a Francisco Canaro, quien le llevó al papel su primera obra: “Pura uva”

Poster publicidad de los carnavales en el Teatro Colón de Rosario, 1917.

Una vez que había ganado experiencia, tocando en cafetines de La Boca, fue convocado por Eduardo Arolas para ocupar el lugar dejado vacante nada menos que por Agustín Bardi.
 
En este período, Arolas se encargaría de la transcripción de sus composiciones.
 
En 1917, Francisco Canaro había logrado una gran reputación en el ambiente milonguero, y su orquesta se fusiona con la de Roberto Firpo para actuar en los carnavales de el Teatro Colón de Rosario. 

Músicos como Eduardo Arolas, Osvaldo Fresedo, Bachicha Deambroggio, Tito Roccatagliata, Pedro Polito, Agesilao Ferrazzano, Julio Doutry, Leopoldo Thompson, Alejandro Michetti, integran esa formación. 

Los pianistas son el propio Firpo y José Martínez.   
En 1918 Osvaldo Fresedo, se desvincula de la orquesta de Canaro para formar conjunto propio y tocar en el Casino Pigall. Poco tiempo después el “gallego” Martínez es el que se independiza para formar su propia orquesta que tocará en el cabaret L’Abbaye, de la calle Esmeralda. El propio Canaro confesará tiempo después de aquellos alejamientos que, pensaba, debilitarían mucho a su orquesta:
 
 “Los bandoneonistas eran escasos y recurrí a Minotto Di Cicco, que trabajaba en Montevideo. Y como nada tenía que envidiarle a Fresedo, se impuso al poco tiempo.
El problema vino cuando José Martínez decide formar orquesta propia para debutar con ella en el cabaret L’Abbaye, de la calle Esmeralda. Y esa sí que fue una lamentable baja.

Lo suplanté con Luis Riccardi, pianista de estudios y buena técnica… y me tuve que aguantar las quejas de la muchachada del Royal. Notaban el cambio y echaban de menos el típico compás de Martínez. ¡Me costó un triunfo ir convenciendo a la clientela del cabaret!

Carlos Gardel con un caballo de carreras.

Martínez también se dedicó un tiempo a tocar con varias compañías teatrales de éxito, y en una de ellas, “El Gran Premio Nacional”, estrenaría su hermoso tango “Polvorín”, dedicado a un caballo de carreras, con letra de Manuel Romero, grabado por Gardel en 1922. 

Gardel también le grabaría “De vuelta al bulín”, con letra de Pascual Contursi.

En 1918 formó parte junto a Francisco Canaro, Vicente GrecoRafael Tuegols, Luis TeisseireSamuel Castriota del grupo que se reunía en un sótano de Florida al 300 para dar forma a una organización que defendiera sus derechos y en 1920 integró el primer directorio de la entidad que con el tiempo devendría la actual SADAIC.

A fines de 1928 se retiró de la actividad musical.

Moriría a los 49 años, pero nos dejó una serie de tangos que enriquecen los suelos de las milongas por su belleza. 
Podemos citar algunos que nos son muy familiares: 
“Pablo” Dedicado a Pablo Podestá.

Por Anibal Troilo y su Orquesta Típica, 1943.

Más acerca de este tango
“Canaro” Dedicado a Francisco Canaro.

Por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, 1941.

Más acerca de este tango
“El pensamiento”

Por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, 1945.

Más acerca de este tango
“Punto y coma”

Por Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica, 1948.

Más acerca de este tango
“El cencerro”

Por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, 1937.

Más acerca de este tango
“La torcasita”

Por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, 1941.

Más acerca de este tango
“Olivero”

Por Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica, 1951.

Más acerca de este tango

bailar, Buenos Aires, clases, milonguero, musica, tango, tango argentino

Tango, Buenos Aires 2020.

Tango, Buenos Aires 2020.

Néstor Pellicciaro

Quería escribir todo…

De Claudiu Grosaru, Rumania.

“Quería escribir todo. En un articulo. Quería hacerte saber que iba a ser un repollo. Pero me di por vencido. Tal vez haga un repollo de los siguientes artículos, pero no de este. Porque tengo una razón especial: escribiré sobre dos personas que amo y respeto mucho.
 
En diciembre de 2013, conocí a Néstor. Solo me llevó unos minutos ver que era un hombre especial. Inteligente, bromista, ordenado, refinado. En tres meses lo descubrí como profesor. Con un ojo implacable para cualquier error, con una didáctica orientada a hacer y no decir, con muchos y repetitivos ejercicios, destinados a hacerte comprender la esencia tú mismo. Creo que Néstor es ese maestro que solo aquellos que han pasado por un entrenamiento duro, como artes marciales, ballet … pueden entender.
 
Fue una gran alegría volver a verlo este año. Y la alegría se duplicó cuando lo vi enseñando en conjunto con otro hombre al que no había podido contactar hace seis años, aunque realmente me gustaba en el milonga – Blas. Pero sobre Blas, un poco más tarde.
 
Como esperaba, como si fuera mi hermano en la enseñanza, Néstor comenzó, por supuesto, con críticas … El paso lateral del “motociclista”, la pelvis demasiado hacia adelante, el centro demasiado bajo, la falta de altura de baile, el uso excesivo de los tacos …. pfuuu! En su mayor parte, había fallas que había visto en mi filmación. Otros, sin embargo, los he desarrollado y considerado deliberadamente como elementos de estilo personal. No sé, tal vez hay cosas que no estoy listo para cambiar.
 
En general, Néstor es un hombre de buen corazón y puede ser el mejor amigo del mundo, pero sigue siendo uno de los maestros más exigentes de Buenos Aires. Admito que se las arregló para hacerme apretar los dientes, o derramar lágrimas de resentimiento, algunas veces, pero hay cosas que solo cambias cuando te sacan de tu zona de confort. Espero poder enviarle, en un momento, un video en el que no verá errores… 
 
Pero estoy mintiendo, espero que vea la mayor cantidad posible, para que tenga algo en lo que trabajar y corregir.

Blas Catrenau Maestro Milonguero

Blas es un milonguero. Lo admiré muchas veces en 2014. Un hombre que siempre ves en la patrulla, adicto al baile. Tiene un estilo personal que se destaca fácilmente. Incluso tiene una muy buena filosofía de navegación. En resumen, un hombre con el que quería conocer y aprender. Bueno, parece que tuve suerte. Y como extra, descubrí a otro hombre con un gran corazón, amable, atento, modesto.
 
De Blas aprendí (espero) algunas estructuras tradicionales. También aprendí que tienes que escuchar a la mujer (¡sic!) Y dejarla bailar, pero también que tiene que imponer su baile. Y me contó sobre tomar altura en el baile y sobre la postura. Admito que descuidé mucho el look. He practicado durante mucho tiempo con compañeras de baja altura y tiendo a estar a la altura. Hasta ahora, nadie me ha explicado cómo puedo conciliar la diferencia de altura. Pero, por supuesto, la respuesta era obvia: un abrazo.
 
Aprendí mucho sobre los abrazos de Blas. Por supuesto, y él me sacó de mi zona de confort. Me ha dado mucho que pensar durante muchos años. El primero de ellos es “control versus libertad, en un abrazo”.
Lo que me intrigó mucho y me hizo pensar mucho fue la musicalidad. Había notado el minimalismo de aquellos en Buenos Aires, pero ahora un excelente maestro me guió a bailarlo.
 
En la época de Buenos Aires 2020, con Nestor entendí que no debía bailar linealmente en el aspecto rítmico, seguir la línea melódica sacrosantamente, respetar los descansos, establecer dinámicas a través de aceleraciones y ralentizaciones, no comenzar en el primer paso, para también escuchar la música y a la mujer, etc.
 
Junto con los enseñados por Blas, noté un terrible cambio de paradigma entre los argentinos y nosotros: la ruptura. 
 
No, los muy buenos bailarines en Argentina no buscan el descanso, no respetan el descanso, no bailan el descanso, como lo intentamos. Para ellos, el descanso es natural. No tienen prisa, no quieren bailarlo todo. Para ellos, el descanso es el tango. Después de todo, ¿por qué querrías ser un instrumento de orquesta que toque todo el tiempo? ¿No es mejor cuando puedes disfrutar de la música, trabajando menos? Esas dos palabras, que Blas seguía diciéndome, “tranquilo” y “suave”, adquirieron un significado especial para mí. No sé si podré separarme de la idea de bailar todo, pero prometo tratar de entender estas dos nociones.
Quería compartir un poco de mi experiencia con estas dos personas especiales. Fueron extremadamente cálidos y amables con nosotros, pero también muy buenos maestros. Muchas gracias y espero algún día cumplir con sus expectativas.
 
Hasta aquí todo bien. Todavía tengo historias de Buenos Aires, con gente maravillosa de allí, pero todo a su debido tiempo.

Original en rumano…

bailar, Buenos Aires, clases, historia, historia del tango, investigación, lecciones privadas, milonguero, musica, musicalidad, tango argentino