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¿Qué es el Tango?

¿Qué es el Tango?

Marcelo Solis y Mimi bailando Tango

“El Tango es la vida”

¿Qué quiere decir esta frase?

Sugiere que aquellos que no bailan Tango no saben qué es la vida, que no viven.

¿Puede tener sentido un pensamiento tan radical?

Sin embargo, si le preguntás a cualquiera que esté involucrado en el Tango apasionadamente, que es la única forma de involucrarse en él, esa va a ser la respuesta.

Esta actitud en relación con el Tango está fundada en el hecho de que el Tango te proporciona satisfacción, abriéndote a la posibilidad de hacer de tu vida una obra de arte.

El Tango se manifiesta de diversas maneras: es un baile de espectáculo concebido como algo para entretener a una audiencia, pero también un baile social, cuyos participantes le dedican su vida entera; es un género musical particular, y es también poesía, letras de tangos, palabras, “chamuyo”.

Esas palabras son esenciales para conocer al Tango en todos sus aspectos relevantes. Enrique Santos Discépolo, autor de muchos tangos esenciales, declaró que “el Tango es un pensamiento triste que se baila”.

Cada palabra en esta frase exige explicaciones que nunca agotarán su significado. Entonces, ¿qué tipo de “pensamiento triste” es el Tango?

Es mirar al pasado con los sentimientos de lo que se fue y darse cuenta de lo poco que nos queda para irnos nosotros mismos también.

“Jamás retornarás”

“Cuando dijo adiós, quise llorar…
Luego sin su amor, quise gritar…
Todos los ensueños que albergó mi corazón
(toda mi ilusión),
cayeron a pedazos.
Pronto volveré, dijo al partir.
Loco la esperé… ¡Pobre de mí!
Y hoy, que tanto tiempo ha transcurrido sin volver,
siento que he perdido su querer.

Jamás retornarás…
lo dice el alma mía,
y en esta soledad
te nombro noche y día.
¿Por qué, por qué te fuiste de mi lado
y tan cruel has destrozado
mi corazón?
Jamás retornarás…
lo dice el alma mía
y, aunque muriendo está,
te espera sin cesar.

Cuánto le imploré: vuelve, mi amor…
Cuánto la besé, ¡con qué fervor!
Algo me decía que jamás iba a volver,
que el anochecer
en mi alma se anidaba.
Pronto volveré, dijo al partir.
Mucho la esperé… ¡Pobre de mí!
Y hoy, que al fin comprendo
la penosa y cruel verdad,
siento que la vida se me va.”

Miguel Caló y Osmar Maderna, canta Raúl Berón.

Osmar Maderna, pianista, compositor y director de nuestro Tango.

La letra trata sobre el amor, sobre un corazón roto, una promesa incumplida y esperanzas insatisfechas. También es una visión de la vida desde la perspectiva de darse cuenta de que la vida, y todo lo que hay en ella, desaparece: “Y hoy, que al fin comprendo / la penosa y cruel verdad, / siento que la vida se me va”.

¿Sabía Osmar Maderna, uno de los autores, que estaba destinado a morir, imprevistamente, a los 32 años, en un accidente?

Su corta vida fue febrilmente productiva: un virtuoso del piano, un compositor talentoso, un arreglador muy solicitado, un director exitoso, un gran amigo, un esposo amado, un aviador aficionado apasionado… Cuando salió de su casa, en Pehuajó, para comenzar su vida independiente como músico en la capital, le pidió a su hermano que les dijera a todos que se fue a comprar un bandoneón…

Blas Clemente Catrenau en la milonga mostrando su manera compadrita de bailar nuestro Tango.

¿Cómo no apasionarse con el Tango?

El Tango te ofrece un propósito:

Hacer que el mundo se embellezca, comenzando por vos mismo, ya que vos sos el lienzo más apropiado y a más a tu alcance para ser el campo experimental en el que puedas investigar tu comprensión de la belleza, antes de ofrecerla a otros y atreverte a ir más allá de vos mismo y hacer lo que quieras con el resultado de tus investigaciones, en el mundo en el que existís, un mundo ya poblado de significados que tienden a ser moldeados por prejuicios y malas interpretaciones, por la acumulación y superposición de significados, recibidos, heredados, impuestos por otros, o simplemente desarrollados por vos mismo para justificar algunas de tus creencias, esconder tus hipocresías y/o calmar tus ansiedades.

Vas a tener que poner a prueba tu creación, tu baile, tu estilo, y demostrar que le presentás al mundo algo nuevo que es más significativo que lo que ya existe.

Nosotros, milongueros, decidimos aceptar vivir en un mundo que reproduce el tipo de existencia descrito anteriormente, donde nuestra vida es posible no solo gracias a nuestra participación en la economía de nuestras sociedades, teniendo un trabajo como todos los demás, sino más allá de esta primaria satisfacción de nuestras necesidades elementales, EXISTIMOS de acuerdo con lo que es bello, con “compás y elegancia” (musicalidad y estética eficiencia energética), moldeando cada manifestación de nuestro ser-en-el-mundo-con-los-demás de acuerdo a proporciones que son las mismas que, aparentemente, vistas desde nuestra percepción humana, subyacen al universo.

Pitágoras, sabio de la antigua Grecia.

Pitágoras (495 a. C.), después de investigar qué notas sonaban agradables juntas, calculó las relaciones de frecuencia (o relaciones de longitud de cuerda con la misma tensión) y descubrió que tenían una relación matemática particular.

Se encontró que la octava es una relación 1/2, y lo que llamamos hoy una quinta es una relación 2/3.

Todas las notas de una escala musical se basan por proporciones.

  • la octava es una relación 1/2

  • y lo que llamamos hoy una quinta es una relación 2/3

  • Todas las notas de una escala musical se basan por proporciones.

Lo mismo que el ritmo y los silencios (pausas) pueden definirse a razón de proporciones:

Y las proporciones de nuestros cuerpos:

El hombre de Vitruvio de Leonardo

Las proporciones están en todas partes:

  • Proporciones de las nubes

  • Proporciones de un caracol

  • Proporciones de las galaxias

El artista utiliza esta conciencia de las proporciones como guía para crear.

La Gioconda

Y ahora, combiná todas estas proporciones con otro ser humano, que, siendo de la misma especie, también es diferente de vos.

  • Una de estas diferencias es que estemos sexuados.

    Ser sexuado está relacionado con nuestra mortalidad. Necesitamos esta dualidad para preservar nuestra especie. Y cuando las sensaciones crudas de nuestra sexualidad se desvanecen, solo el abrazo humano, más que nada, todavía puede satisfacer nuestra necesidad de consuelo frente al abismo del vacío infinito de la muerte, siempre enfrente nuestro.

  • ¡Qué gratificante es aprender sobre nuestros cuerpos, sobre nuestra existencia en el mundo, disciplinarnos y entrenarnos para extraer belleza de las profundidades de nuestras vidas! ¡Qué emocionante participar en tales aventuras en compañía de ese ser misterioso que es tan familiar y, sin embargo, tan extraño! Un ser que nos llama como lo harían las sirenas, con una voz que quita de nuestra percepción todos los demás indicios; que armonizará con esa música que, en su bravura, recuerda la trágica inevitabilidad de una tormenta que nos va a quitar todas nuestras posesiones superficiales y nos deja solo con nosotros mismos, deseando un abrazo.

  • En “El banquete” de Platón, Aristófanes cuenta la leyenda de que el ser humano era, en sus orígenes, un ser doble, compuesto por dos entidades de lo que hoy es un cuerpo humano. Estas criaturas ofendieron a los dioses, por lo que estos decidieron cortarlos por la mitad. La primera reacción de estos seres fue abrazarse.

El Banquete de Platón

Escuela de Tango de Buenos Aires - Marcelo Solis

A los milongueros nos gusta decirle a quienes desdeñan al Tango:

“El Tango te espera”

Esta espera paciente es otra manifestación de su llamada, no una llamada que despierta nuestra curiosidad, como los sonidos de nuestros teléfonos celulares, siempre zumbando WhatsApp, Facebook, Instagram y mensajes de texto.

Es la llamada de un desafío, que no es fácil de responder, que no es “user friendly”, que te hace pensar, que te asusta y te aleja en la misma medida que (si pudiéramos cuantificarlo de alguna manera) la seducción y el atractivo con que se te aparece.

No te preocupes. ¡Es bueno tener ese sentimiento!

¡Significa que estás vivo!

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Historia del Tango – Parte 10: Agustín Bardi. El compositor para el futuro del Tango.

Historia del Tango – Parte 10: Agustín Bardi. El compositor para el futuro del Tango.


“Tinta verde” grabado por Osvaldo Fresedo y su Sexteto Típico en 1927.

Agustín Bardi | Historia del Tango

Capítulo 1: Vida.

Nació el 13 de agosto de 1884 en la ciudad Las Flores, entonces un pueblo en el partido de Azul, Provincia de Buenos Aires.

A una temprana edad fue enviado por sus padres a la casa de unos parientes que vivían en la capital, en el barrio de Barracas, para cursar la escuela primaria. En esta casa comenzó también su aprendizaje musical, estudiando guitarra con un pariente.

A los ocho años de edad, integró una comparsa de carnaval, sobresaliendo por su destreza como guitarrista.

A los trece años ingresó a trabajar como aprendiz de telegrafista en Ferrocarril del Sud, y en 1904 fue convocado a cumplir con el servicio militar obligatorio.

Nada de esto lo alejó de su vocación musical.

Agustin Bardi violin | Argentine Tango music history

Finalizado el servicio militar, se empleó con una posición inicial en la empresa comercial “La Cargadora”, ubicada en Bolivar 375. De la misma empresa se retiró en 1935, luego de 30 años de excelente labor, alcanzando el cargo de gerente.

En 1905, Bardi comenzó a tocar el violín, perfeccionándose durante 3 años y en 1908 inició su carrera como músico profesional.

En 1909 tocaba en La Boca, el cuartel general de los músicos de Tango de esa época, donde nuestra música popular ciudadana se consagraría para pasar al centro, y de ahí, a toda la ciudad.

Era de estatura regular, fornido, ancho de hombros. De facciones agradables, usaba bigote prolijamente recortado y lentes doctorales. Sus amigos lo llamaban cariñosamente “El Chino” por el acentuado corte longitudinal de sus párpados, tal vez el rasgo más predominante de su fisonomía.

Era temperamentalmente serio, circunspecto, suave y reposado en su amable manera de expresarse.

No era hombre de la noche, sino más bien dedicado a su familia, su esposa y dos hijos.

Agustin Bardi se convirtió en pianista | Historia de la música del Tango

Fue en 1910, cuando integraba el cuarteto de Genaro Expósito (bandoneón), en el café “La Marina”, luego de una temporada en el café “del Griego”, que una noche, antes de abrirse las puertas del café a la concurrencia, Bardi se sentó al piano que dejara vacante el “Johnny” Prudencio Aragón, improvisando como pudo algunos de los tangos del repertorio del cuarteto.

Sus compañeros se sintieron tan a gusto con su interpretación, que lo instaron a que desde ese entonces, tocase ese instrumento.

Agustín Bardi de convirtió en pianista.

Vicentito | Partitura original del primer tema publicado por Agustín Bardi en 1911

Con su característico sentido de responsabilidad, se puso a estudiar técnica de piano, alcanzando su dominio en pocos meses.

Como pianista, paso a integrar el cuarteto del flautista Carlos Macchi “Hernani”.

Luego dejó La Boca, para tocar en el café “El Estribo”, integrando la formación de Vicente Greco. De esta época, 1911, es su composición “Vicentito”, dedicada a Greco, quien lo grabó en dos ocaciones, impulsando así la carrera autoral de Bardi.

Otros conjuntos de la época comenzarían a grabar sus tangos.

En 1914, Bardi actuó con Eduardo Arolas. Fue en el momento en que Arolas retornaba a su trayectoria artística luego de una frustrada iniciativa de abrir un café propio.

Se tocaban prácticamente de memoria, luego de una ligera leída, los tangos que día a día surgían de la inspiración de los músicos. Bardi dejaba de lado deliberadamente las composiciones que, una vez estrenadas, no satisfacían su exigente gusto, y se negaba a tocarlos nuevamente cuando sus compañeros de orquesta lo requerían.

Pero uno de estos tangos le había gustado mucho a Arolas, quien, ante la excusa de Bardi de haberlo traspapelado, le aclaró: “el que escribiste con ‘Tinta verde’…”; volviéndose este tango una de las composiciones más representativas de Agustín Bardi, cuya edición original de la partitura lucía una portada ilustrada por el mismo Arolas.

Lo escuchamos aquí en la interpretación de Anibal Troilo y su Orquesta Típica en 1938:

“Tinta verde” por Anibal Troilo y su Orquesta Típica, 1938.

Puente Avellaneda en Construcción en 1913 | Historia del Tango | Agustín Bardi

Desvinculado de Arolas, en 1916, pasó a tocar en el cine París de Avellaneda, que fue un precursor en tener orquestas para las películas mudas, con un trío completado por Graciano de Leone en bandoneón y el violinista Eduardo Monelos.

Allí Bardi incorporó a su repertorio los tangos “El jagüel” y “Cordón de oro”, de Carlos Posadas -el compositor que más admiraba-, y dio a conocer el suyo propio “El rodeo”.

Lo escuchamos aquí en la versión de Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica, grabado en 1943:

“El rodeo” por Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica, 1943.

La ultima cita tapa | Tango de Agustín Bardi

Su trabajo en la empresa “La Cargadora” lo obligaba frecuentemente a alejarse de la actividad musical como ejecutante. Por eso nunca quizo asumir la responsabilidad de dirigir una orquesta. 

No le gustaba tocar en los cabarets, ya que estas actuaciones debían realizarse  muy tarde en la madrugada, y él tenía que levantarse temprano para su trabajo diurno. Los últimos años de su actuación como pianista profesional los desarrolló preferentemente en las reuniones danzantes de los sábados y domingos en los salones de las colectividades españolas e italianas. 

A principios de 1921 realizó una gira por el interior de Argentina, aprovechando sus vacaciones en la empresa, con Graciano De Leone. 

Fue la antesala de su alejamiento definitivo como pianista profesional.

Escuchemos “La última cita” por Ángel D’Agostino y su Orquesta Típica, canta Ángel Vargas:

“La última cita” por Ángel D’Agostino y su Orquesta Típica, canta Ángel Vargas; 1944.

Gran Orquesta de Francisco Canaro para los carnavales de 1921 | Agustín Bardi y la historia de nuestro Tango

Sus últimas actuaciones fueron en la orquesta gigante que convocara Francisco Canaro para los carnavales de 1921. En esta ocasión Bardi se negó a la invitación por parte de Canaro para estrenar tangos de su autoría, alegando que no componía tangos de carnaval, ni tampoco le interesaba su difusión en tales circunstancias.

Escuchemos la versión de “Lorenzo” grabada por Francisco Canaro y su Orquesta Típica en 1927:

“Lorenzo” por Francisco Canaro y su Orquesta Típica, 1927

A partir de este momento, y luego con su jubilación en la empresa “La Cargadora”, Bardi se dedicará al estudio profundo de armonía y composición con el sacerdote saleciano José Spadavecchia, a la composición, y a la manufactura de rollos para pianolas para la compañia “Pampa”.

Agustín Bardi con su familia | Historia del Tango

Otra de las grandes contribuciones de Bardi a la música popular argentina, fue la creación, junto a Canaro, Filiberto, Lomuto, Greco, Martinez y otros, de una sociedad que protegiera los derechos de los músicos y compositores, sociedad que con el tiempo llegaría a ser la prestigiosa SADAIC.

Falleció el 21 de abril de 1941.

Escuchemos la versión grabada por Alfredo Gobbi y su Orquesta Típica de “Independiente club”:

“Independiente club” por Alfredo Gobbi y su Orquesta Típica, 1948.

Capítulo 2: Obra.

Las composiciones de Bardi fueron adelantas para su época.

Como las composiciones de Eduardo Arolas, tuvieron que esperar a la llegada de intérpretes de mayor formación, hacia mediados de la década del veinte, para presentar todo el esplendor de su belleza. 

Según Luis Adolfo Sierra, las composiciones de Agustín Bardi contienen “claridad en el concepto de la elaboración sonora, equilibrio en el dibujo melódico de las frases siempre puras y directas, cierta suntuosidad en la firmeza de la estructura armónica, y un refinado buen gusto, son en líneas generales los atractivos salientes que afloran en toda la obra de realización del talentoso compositor”.

Escuchemos la grabación de “Florcita” por Lucio Demare y su Orquesta Típica, 1945.

Y agrega Luis Adolfo Sierra a continuación: “Bardi sentía una marcada propensión hacia la melodía armonizada. Le apasionaban los efectos de síncopa y las modulaciones tonales dentro del desarrollo melódico… Manejaba admirablemente el desarrollo de las melodías semitonadas. es decir, todo lo que aportara encanto musical dentro de un purismo estilístico insobornable. Y, por sobre todo, fue un celoso autocrítico de su producción autoral”.

El mismo Bardi dijo que “es necesario conseguir la mayor claridad melódica, para embellecerla luego con los recursos adecuados de la técnica musical”.

Escuchemos “¡Qué noche!” grabado por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica en 1937:

“¡Qué noche!” por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, 1937.

Nunca tuvo novio

Tanto fue su sentido de responsabilidad estética y profesional que a sus cuarenta años decidió estudiar teoría musical con más profundidad para poner sus futuras composiciones a la altura de los grandes instrumentistas del Tango de la escuela decareana.

Escuchemos “Nunca tuvo novio” por Pedro Laurenz y su Orquesta Típica, canta Alberto Podestá, grabado en 1943: 

“Nunca tuvo novio” por Pedro Laurenz y su Orquesta Típica, canta Alberto Podestá; 1943.

Agustín Bardi ha recibido, muy merecidamente, el título de “compositor de los músicos”.

La excelente calidad de sus obras contaron siempre con la reconocida admiración de todos los músicos profesionales sin excepción. La elaboración musical de sus tangos permiten el lucimiento de las orquestas típicas en cualquiera de sus modalidades interpretativas.

Antes de Cobián, Fresedo, De Caro, Maffia, Laurenz, y la definitiva línea renovadora que imprimió Roberto Firpo a su orquesta a comienzos de la década del veinte, no existió en el Tango una clara definición de estilos.

Hasta entonces interesaba más el repertorio en sí mismo, la calidad o éxito de la obra, que la manera de tocar.

Se ejecutaba utilizando los acordes más simples, acentuando la marcación rítmica con cierta monótona rigidez, sin lucimiento individual de los ejecutantes, en un trabajo de conjunto de voces al unísono.

Pedro Laurenz & Julio De Caro | Música de Tango

Los tangos de Bardi no fueron escritos para ser tocados a la manera de los conjuntos primitivos, sin preocupaciones armónicas ni interés estético por lograr mayor realce musical.

Las mayores posibilidades técnicas de los músicos de promociones posteriores, a partir de Julio De Caro, les permitieron adentrarse en el espíritu y en la estructura musical de sus tangos.

Julio De Caro encontró la fórmula precisa y abrió la brecha por la que luego seguiría la evolución de la música del Tango, y le confirió a sus versiones de las composiciones de Bardi una dimension estética que los conjuntos primitivos no habrían podido alcanzar.

Así, otros excelentes conjuntos posteriores recogieron los atractivos de las técnicas de instrumentación expuestos por la orquesta de De Caro, haciendo evidente que los tangos de Bardi fueron escritos para ser tocados así.

Escuchemos por ejemplo “Chuzas” grabado por Alfredo Gobbi y su Orquesta Típica en 1949: 

“Chuzas” por Alfredo Gobbi y su Orquesta Típica, 1949.

Las obras de Bardi conservan siempre frescura y fuerza, alcanzando cada vez mayor atracción en sus audiencias por la belleza y la autenticidad de su contenido.

Lo oímos claramente en “Tierrita”, en esta versión grabada por Ricardo Tanturi y su Orquesta Típica en 1937:

“Tierrita” por Ricardo Tanturi y su Orquesta Típica, 1937

“Se han sentado las carretas”. Música Agustín Bardi. Letra Enrique Cadícamo.

Bardi sentía “el Tango con esencia campera, como si fuese un transplante de la sensibilidad tradicionalmente criolla a la música del Tango, que es la más representativa manifestación sentimental de la ciudad”.

Escuchemos “Se han sentado las carretas” grabado por Francisco Lomuto y su Orquesta Típica con las voces de Fernando Díaz y Jorge Omar en 1939: 

“Se han sentado las carretas” por Francisco Lomuto y su Orquesta Típica, 1939

Bardi asistía regularmente a las presentaciones del sexteto de Julio De Caro. Sierra nos cuenta que Bardi confesaba experimentar una inmensa alegría espiritual cada vez que escuchaba alguna de sus composiciones a través de lo que él denominaba tan complacidamente:

“las grandes creaciones interpretativas de la orquesta de Julio De Caro”.

Escuchemos “Gallo ciego” grabado por Julio De Caro y su Sexteto Típico en 1927:

“Gallo ciego” por Julio De Caro y su Sexteto Típico, 1927.

Y agrega Sierra que “cuando Bardi se extendía en sus elogios hacia la orquesta de Julio De Caro, era para afirmar que ‘la integraban seis compositores, cada uno elaborando en el prodigio de sus respectivos instrumentos, una inspirada y difícil partitura, embelleciendo siempre los valores de la obra con excelentes ideas musicales de original creación, sin alterar ni desvirtuar el sentimiento propio de la misma”.

Notable juicio de valoración que podría recogerse como testimonio irrefutable de la significación de aquella orquesta en la evolución del Tango instrumental.

En 1937, Bardi asistía regularmente al café Germinal de la calle Corrientes para escuchar a la flamante orquesta de Anibal Troilo, y solía exclamar con sincera admiración:

“¡Nosotros no hubiésemos podido tocar así!”.

Escuchemos “C.T.V.” grabado por Anibal Troilo y su Orquesta Típica en 1942: 

“C.T.V.” por Anibal Troilo y su Orquesta Típica, 1942

Audio:


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¿Cómo convertirse en un gran bailarín de Tango?

¿Cómo convertirse en un gran bailarín de Tango?

Marcelo Solis y Sofia Pellicciaro bailan Tango

¿Qué es el Tango?

Como bailar Tango no es una abstracción, no puedo explicarlo hablando o escribiendo usando generalizaciones.

Además de bailar, solo puedo usar mis propias experiencias personales para explicártelo.

Marcelo Solis y Sofia Pellicciaro bailando Tango

¿Bailarín de Tango profesional?

El Tango no es mi profesión en el mismo sentido que tu profesión es para vos.

Por ejemplo: todo lo que hacés en relación con tu profesión es esfuerzo, mientras que en mi caso es sin esfuerzo; lo más probable es que trabajes en tu profesión todo el día esperando que termine el día para que puedas dejar de trabajar, mientras que en mi caso termino mi jornada laboral esperando bailar más y mejor al día siguiente. A veces te enfermás y llamás al trabajo para tomarte el día libre. Yo me cuido de no enfermarme para poder bailar lo mejor posible todos los días. Moldeé mi vida de esa manera. Me atrapé en propia mi vida como Sísifo está condenado a rodar su roca todos los días, pero mientras él es torturado por su tarea perpetua sin sentido, yo estoy inmerso en un mar de alegría y propósito haciendo la mía.

La enseñanza también es parte de ese proceso. Junto con mis alumnos, buscamos formas de mejorar nuestro baile. Si un alumno mío mejora su baile, nos beneficia a todos, ya que eventualmente bailaremos en la misma pista de baile en la misma milonga. Una milonga es un entorno, un ecosistema cerrado en el que todas las partes afectan al conjunto. Si mis alumnos bailan mejor, yo también puedo bailar mejor, y cuando bailo mejor, mis alumnos pueden bailar mejor. Así logramos en una espiral infinita de mejoramiento perpetuo.

¿Esto quiere decir que no merezco que me paguen por lo que hago? ¿Bailar como ejemplo de buen baile y compartir mi pasión y conocimiento sobre el Tango con ustedes, ya que el trabajo es una fuente de dolor para ustedes y lo que yo hago me da placer?

En lugar de ver el dinero que me dás como pago por mis servicios -clases de Tango-, por mi conocimiento sobre el Tango y el trabajo como maestro de Tango como una mercancía, podés considerarlo como una inversión en tu baile, en tu Tango. Todo lo que hagas para beneficiarme, beneficia mi baile, mi Tango, el Tango en general y tu Tango, tu baile y tu bienestar, mientras que todo lo que me niegues solo te va a privar de Tango, tarde o temprano. Prometí mi lealtad al Tango, y eso te incluye a vos si también sos Tango.

Si sos un estudiante nuevo, ahora podés apreciar lo que vas a obtener uniéndote a nosotros: un maravilloso grupo de personas que estudian, investigan y entrenan juntos para convertirse en mejores bailarines de Tango, mejores milongueros y mejores en todos los aspectos.

Cuando manejás tu auto, eventualmente tendrás que cargar nafta, y no vas a discutir el precio ni pedir descuentos en la estación de servicio, y la razón de esto es claramente que estás tratando con una corporación gigante, poderosa y rica que es inaccesible para vos. Podrías tratar de negociar el precio del combustible con el cajero de la estación, y él se encogerá de hombros y te mirará con una expresión de “estás loco”. Si no tenés dinero para comida o medicamentos, podés pedirle ayuda a tu gobierno. Un gobierno también es grande en recursos. Deberás encontrar, en el laberinto de la burocracia, las puertas y los pasillos que te llevarán a la oficina correcta para obtener la asistencia pública necesaria.

Yo no tengo otra ayuda que la que yo mismo me doy y la de aquellos que me aman incondicionalmente, además de tu colaboración.
Tu auto no va a funcionar sin nafta, no se puede vivir sin comida y medicamentos. Si podés vivir sin Tango, sin bailar, entonces hacelo así.

Es cierto que te doy ofertas y descuentos. Consideralo parte de mi generosidad, de mi urgencia (el tiempo es un recurso escaso) de presentarle un enfoque diferente de la vida que, por mi propia experiencia, sé que es mejor que el actualmente aceptado por la mayoría. Todo lo que te doy no tiene otra fuente que mi propio cuerpo, mi danza y mi vida. No hay otra forma de vida mejor que ser generoso. Por eso bailo.

Veo la danza como la productividad imparable de la existencia. No ser generoso es reprimir la fuente de vida que brota de mí. No tengo otra opción; pero por favor no abuses de mi generosidad: me voy a oponer a tales actitudes principalmente por valorar y honrar a aquellos que me cuidan y aceptan lo que he elegido: el Tango.

No tomes el Tango en vano. Tal vez viniste a mis clases tentado por un precio absurdamente bajo, pensando que encontraste una fuente barata de entretenimiento, y aunque el Tango es extremadamente entretenido, es mucho más profundo que eso.
No seas superficial y digas que te divertiste bailando Tango; nunca hiciste nada más profundo en tu vida: es estar íntimamente conectado en todos los niveles a otro ser humano de una manera hermosa.

Bailar Tango puede ser muy entretenido, pero el Tango en sí no es un “entretenimiento”.

Por favor, nunca digas que el Tango es una “adicción”. El Tango es una forma de existir.

Todo depende de lo que quieras de vos mismo. Si no querés nada, nada es lo que obtener. Si querés una vida plena, eso te va a costar tu vida entera.

Aprendé más sobre el Tango en nuestras clases.

Daniel Naccuchio y Cristina Sosa en la Escuela de Tango de Buenos Aires.

El Tango transforma tu vida para siempre

“Somos lo que hacemos repetidamente. Excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito”, Aristóteles.

Si no bailás, poder bailar te va a exigir una transformación. Si no bailás, no sos un bailarín/a. Para bailar, necesitás ser un bailarín/a, es decir: convertirte en bailarín/a. Bailar y no ser un bailarín/a es una contradicción.

Observá que la palabra más importante aquí es el verbo “ser”. Ahora podés entender que si no bailás ahora, para poder bailar, eventualmente, vas a necesitar transformarte.
Si no estás seguro o estás satisfecho con vos mismo y tu vida y no querés cambiar nada, entonces: no querés bailar, y si no querés bailar, no vas a bailar.

Definamos a un bailarín/a: alguien que continuamente busca el mejorar como un todo, volviéndose más fuerte, más versátil, más consciente, más sensible, más habilidoso, comprensivo, ético, hermoso, encantador, ingenioso y divertido; quien no necesita nada más que estar presente para hacer sentir a todos los que tienen buenos sentimientos que las luces de la vida se han encendido, haciendo que todo se vea hermoso (Descargo: si no tiene buenos sentimientos, lo más probable es que sienta lo contrario) En resumen: un bailarín es un maravilloso ejemplo de un ser humano. No puedo pensar en nadie mejor que un milonguero y una milonguera. Si un extraterrestre inteligente llega a nuestro planeta, me gustaría que su primera impresión de vida inteligente en la Tierra sea una milonga en Buenos Aires, una de esas a las que asisto regularmente. Te voy a llevar allí, no antes de educarte, según sea necesario, sobre lo que es el Tango, si querés descubrir el significado completo de mis palabras.

Un bailarín no es un especialista, alguien que sabe todo sobre un segmento estrecho de la vida, en este caso, la danza. Por el contrario, un bailarín es el más completo de todos los ejemplos de existencia humana. Un verdadero bailarín es una persona renacentista.

Al comienzo de la existencia humana, estás bailando. Un bebé en el útero percibe la voz de su madre como música, sin separar los sonidos de su significado, respondiéndole con la interpretación de todo su cuerpo y existencia. El bebé baila.

¡Transformate! Aprendé a bailar Tango.

¿El Tango es una terapia?

Hay innumerables formas de pasar el tiempo sin transformarse, sin transpirar, sin emociones y sin ningún esfuerzo. Todo esto suena muy atractivo, supongo, ya que la mayoría de las personas en la actualidad eligen pasar su tiempo de esa manera.

Si hay una semilla de una bailarina o un bailarín en el suelo de tu existencia, vas a sentir una especie de náusea, en diferentes grados, si tenés que probar alguna de estas formas de consumir tu tiempo. Podés medicarte, tomar alcohol, abusar de drogas o involucrarte en cualquier adicción, o podés negar tu cuerpo y volverte extremadamente religioso o intelectual, convirtiéndote en una estatua viviente, un discapacitado por elección. O tal vez elijas tener una relación modulada con tu cuerpo, como ir al gimnasio, seguir las instrucciones de un entrenador, trabajar en tus cuádriceps hoy, en tus bíceps mañana, en tus abdominales el día siguiente, y así sucesivamente, terminando con un cuerpo que es una colección de partes que luchan por llegar a un acuerdo.

Tal segmentación de tu cuerpo corresponde con una segmentación paralela de cada aspecto de tu vida.

Es por eso que no tenés que ver al Tango como una forma de terapia. La terapia no encaja en el Tango. En el Tango, como forma de existencia, no hay separaciones de tu persona en múltiples secciones: un ámbito físico, uno psicológico y uno espiritual. Desde el punto de vista del Tango no hay separación entre estos ámbitos. Entonces, la psicoterapia, la religión y el ejercicio en el gimnasio no parecen relevantes para un milonguero.

Convertite en un gran bailarín de Tango, un verdadero milonguero/a. Vení a nuestras clases.

¡Bailá Tango!

Para bailar Tango, lo que necesitás es convertirte en Tango vos mismo.

No hay aproximaciones hacia este objetivo. Es un juego a todo o nada.

Comenzá a aprender a bailar Tango

Blas Catrenau Maestro Milonguero

¿Cómo convertirse en un gran bailarín de Tango?

En primer lugar, tenés que cambiar la expresión “bailarín/a de Tango” por “milonguero/a” en tu vocabulario.

En segundo lugar, si bailás Tango, no podés ser menos que un gran bailarín/a.

Comenzá con las clases. Tu primera clase podría ser una clase grupal o una clase privada. Para aprender a bailar necesitas ambos tipos de clases, regularmente, más de una vez por semana.

¿Cómo sabés que estás aprendiendo con un buen maestro?

No aprendés Tango de un “instructor”, aprendés Tango solo de un “Maestro”. Primero se necesita que te guste el baile de tu maestro. Hoy es fácil investigar. Podés encontrar fácilmente videos de tu maestro. Tus maestros deben mostrar su baile en las clases. Sin embargo, donde querés ver bailar a tus maestros es en las milongas de Buenos Aires. Hay bailarines que se ven geniales en el escenario, pero no van a las milongas porque no pueden bailar allí, no disfrutan bailando allí, y nadie realmente los quiere allí, ya que generalmente no conocen o eligen ignorar los códigos de las milongas. Si tu maestro es auténtico, pertenece a la comunidad que baila en las milongas.

No elijas un maestro simplemente porque él o ella es amable con vos. Miralo de esta manera: el Tango es mi familia y mi mundo. Venís y me decís que querés ser parte de mi familia, de mi mundo, me estás diciendo que querés vivir en mi planeta. Siempre serás bienvenido, pero ¿tenés buenas intenciones? ¿Vas a cuidar de mi mundo incluso cuando ya no esté allí? ¿Serías capaz de amar a mi familia? ¿Trabajarías para mejorar tu Tango y hacer que el Tango sea mejor para todos? ¿Vas a ser una buena incorporación al Tango? ¿Vas a colaborar con el Tango? ¿O viniste con el único propósito de agarrar tu “diversión”, sin preocuparte por las consecuencias de tus acciones, como ir a un picnic y dejar toda la basura en el parque, sin asumir la responsabilidad, sin ningún amor por la belleza de nuestra naturaleza?

Estoy bendecido por tener un bello grupo de alumnos regulares y asistentes. Vale por muchos trillones de dólares (si te gusta expresar las cosas en cantidades) contar con ellos como parte de mi vida. No deberías perder tu oportunidad de hacerlos parte de tu vida también.

En uno de mis viajes recientes a Buenos Aires, uno de mis estudiantes, un señor mayor, hablaba un idioma extranjero con su esposa mientras estábamos en una milonga. Otra señora que asistía a la misma milonga los escuchó hablar y se acercó a ellos. Ella hablaba el mismo idioma y comenzó a conversar con ellos. Para resumir, mi estudiante terminó bailando con ella en esa milonga. Después de la primera canción, ella le preguntó cuánto tiempo hcía desde que él comenzó a aprender a bailar Tango. Él respondió: “dos años”, y ella inmediatamente le preguntó: “¿por qué esperaste tanto?”

El valor del Tango lo aprendés de sus maestros, en clases grupales y privadas.

Aprendé el valor del Tango

Música Argentina para aprender a bailar elf la Escuela de Tango de Buenos Aires

Música de Tango

Escuchá tangos grabados durante la época de oro.

Tus maestros son tu primera fuente para eso. Preguntales. Armá tu propia colección de música de tangos de la época dorara, que es la música que se toca en las milongas, y la música que se tocaba para bailar durante el tiempo en que la mayoría de la población de Buenos Aires y otras grandes ciudades de Argentina bailaban Tango. Esa es la música que escuchás en nuestras clases.

Estamos creando una biblioteca de música de Tango en nuestro sitio web.

Comenzá a escuchar música de tango

Milongas

Andá a las milongas.

No importa cuántas clases grupales y lecciones privadas haya tomado. El Tango no es una relación privada y cerrada con tus maestros. Si sos un estudiante nuevo y te parece que sabés muy poco en comparación con otros bailarines en las milongas, ir a una milonga va a aumentar enormemente tu conocimiento sobre el Tango. Quizás ya hayas tomado muchas clases grupales y privadas, pero ir a la milonga te presentará el Tango de una manera contextualizada, de modo similar a aprender un idioma y luego visitar un país donde se habla ese idioma. Cuanto antes comiences a ir a las milongas, mejor. Tu Tango necesita crecer allí. Podrás comprender las razones de muchos elementos y detalles del Tango que en las clases pueden parecerte arbitrarios. Todo tiene mucho más sentido cuando bailás en milongas. Además, tu maestro necesita verte asistiendo y bailando en las milongas para evaluar completamente en qué necesitas trabajar para mejorar tu baile. Si aún no te sentís seguro bailando, no necesitás bailar; ir a milongas es beneficioso incluso si todavía no bailás.

Te recomiendo comenzar yendo a las milongas a las que va tu maestro, preferiblemente con su maestro, y/o yendo a las milongas que organiza tu maestro. Tenees que ser presentado a la comunidad de la milonga por alguien que pertenece a ella.
Quiero señalar que aunque una fiesta de baile de Tango puede ser etiquetada como una “milonga”, no es necesariamente así. Si tu maestro es un gran bailarín (no se quiere menos de la calidad de baile de un maestro), pertenece a la comunidad de las milongas y el Tango. Él sabrá a dónde ir y/u organizará milongas auténticas.

Estoy muy profundamente agradecido a la vida por pertenecer a la comunidad de milongueros que van a las milongas más maravillosas de Buenos Aires, y por el grupo de mis alumnos y habitués que vienen a las milongas que organizo. No te pierdas nuestra próxima milonga y todas las milongas a las que pueda asistir en el futuro.

Una buena forma de hacer la transición entre clases y milongas, son las prácticas.

En las prácticas tenés lugar para entrenar lo aprendido en las clases y recibir correcciones y concejos, mientras desarrollás tu habilidad de moverte sobre la pista de baile con otras parejas a tu alrededor.

¡Tenemos prácticas para vos!

Tango y Buenos Aires

El Tango son las milongas de Buenos Aires.

Si aprendés el idioma francés, por ejemplo, tiene sentido ir a Francia y hablar el idioma allí. Ahí es donde sentirás la multidimensionalidad del lenguaje con todo tu ser. Puede que te guste tanto la cultura francesa que decidas mudarte allí o viajar allí a menudo, en cualquier momento que tengas la oportunidad, y en este proceso haces muchos amigos en Francia, lo que a su vez hace que quieras viajar allí con más frecuencia.

Así es como te volvés Tango: yendo a las milongas de Buenos Aires regularmente. Aprender un idioma y una cultura para visitarlo solo una vez es incongruente, en el mejor de los casos.

Tendré el honor de presentarte a la comunidad de milongueros de Buenos Aires, una comunidad a la que me siento honrado de pertenecer. Actualmente voy a Buenos Aires dos veces al año, en primavera y otoño, acompañado por un grupo de mis alumnos. Les muestro la ciudad de Buenos Aires, los llevo a clases con mis maestros y colegas y los llevo a las milongas donde soy habitué.

Continúo la tradición de pasar la antorcha del Tango de la misma manera en que mis maestros fueron introducidos al Tango en su época, llevando a mis alumnos a donde yo voy regularmente y compartiendo con ellos mi conocimiento y pasión por el Tango.

Y cuando no estoy en Buenos Aires, mis amigos y colegas de la Escuela de Tango de Buenos Aires, que es mi familia, te van a acompañar gustosos a las milongas.

¿Querés venir con nosotros a una milonga?

Aprendé a bailar con los mejores maestros de la milonga

Conclusión

Para bailar Tango se necesita estilo, personalidad, ser auténtico y verdadero.

No bailás Tango porque conocés los movimientos de una coreografía. Bailás Tango si te ponés a vos mismo como eslabón en la cadena del Arte del Tango a través del tiempo, conociendo y aprendiendo de los mejores bailarines que ha producido Tango, de los milongueros.

Tenés que darte cuenta de la responsabilidad de cuidar y transmitir este Arte hacia el futuro, no necesariamente enseñándolo, sino fundamentalmente siendo un gran bailarín, enseñándolo con tu ejemplo.

El Tango te espera. Vení a nuestras clases.

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Lecciones privadas de Tango

Lecciones privadas

La manera más efectiva de aprender a bailar

¡Animate!

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Bailar Tango

¡Bailemos Tango!

Marcelo Solis y Sofia Pellicciaro bailan Tango

La clase de Tango

¿Para qué bailar?

Querés vivir intensamente, percibiendo cada cosa que te rodea, saboreando cada segundo de tu existencia como cuando mantienes un sorbo de vino en tu boca y meditas en las sensaciones de su sabor.

Deseás actuar de acuerdo con este enfoque de la vida, tomando decisiones significativas, respondiendo a lo que se te presenta delante tuyo con una estrategia clara, en lugar de reaccionar de manera inconsciente como un autómata.

Seamos honestos: ¿hay otra manera de vivir, que pudiéramos elegir, además de esta atractiva intensidad?

A menudo nos distraen asuntos urgentes que requieren toda nuestra atención; pronto desarrollamos el hábito de estar en una emergencia constante, corriendo de un lugar a otro, exprimiendo nuestro tiempo, tragando nuestras comidas sin sentir su sabor.

Bailar no es un entretenimiento para divertirte y distraerte. Es, si te atrevés a comprometerte con una vida bella, su aspecto más realista.

Cuando bailás, todos los elementos que componen tu vida se unen en una unidad excitante: tus emociones, tu conocimiento, tu razonamiento, tus habilidades, tu ingenio, tu chispa, tu cuidado, tu compasión, tus desafíos…

No vas a poder ocultar quién sos, no solo a los demás, sino fundamentalmente para vos mismo.

Siempre hay espacio para mejorar. Un artista necesita conocer bien las condiciones de la materia prima que compondrán su obra de arte.

Todos los aspectos de la existencia humana forman tu baile.

El baile es la forma más sabia de vivir. La más bella.

Aprendé a bailar Tango

Blas Catrenau Maestro Milonguero

El verdadero Tango

El baile requiere de tu presencia absoluta.

Mirarme a mí (o a cualquiera) bailar puede llegar a inspirarte, y el objetivo de esa inspiración es sacarte de tu silla y hacerte bailar.

No hay secretos que puedas robar, ni tampoco hay atajos cuando se aprende a bailar. Filmarme bailando en tu teléfono no te va a hacer bailar.

Vas a bailar si el baile es para vos.

Cuando tu maestro se dé cuenta que vos estás tan apasionado por el baile como él o ella, que ambos pertenecen al mismo mundo, entonces podemos continuar con el proyecto de embellecer juntos ese mundo activamente.

El regalo de la danza se otorga a través del conocimiento y la experiencia de un maestro y su persistente dedicación.

El Tango te espera. Empezá hoy con las clases

Daniel Naccuchio y Cristina Sosa en la Escuela de Tango de Buenos Aires.

¿Cómo se baila el Tango?

“Somos lo que hacemos repetidamente. Excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito”, Aristóteles.

La construcción de una existencia bella debe ejecutarse paso a paso, con el objetivo de adquirir un sistema de hábitos, todos equilibrados en proporciones, que nos permitan actuar de forma espontánea, libre y creativa a la vez.

La naturaleza nos educa en asuntos de proporciones, especialmente a través nuestros cuerpos. La música, que se basa en la aplicación equilibrada de proporciones y la formación de hábitos eficiencientes, también nos muestra el camino de una vida elegante.

Nunca estamos solos.

Dado que no vivimos solos (incluso en situaciones de mayor aislamiento, nos mantenemos profundamente relacionados con los demás), la complicidad con otros en el logro de objetivos, la participación activa y el respeto por la existencia de los demás que nos rodean, son elementos que debemos contemplar detenidamente en la construcción de una vida hermosa, una vida digna de ser vivida.

El Tango te enseña acerca de una vida moldeada en estos principios. La milonga es el entorno donde practicamos y desarrollamos hábitos de excelencia.

Encontrá tu clase de Tango

Pasión por el Tango

¿Qué significa apasionarse? 

Hacé una lista de las cosas que querés hacer, por cualquier motivo, y luego hacelas una por una.

Podés programarlas o hacerlas todas hoy, si tenés tiempo.

Al hacerlas simplemente para marcarlas como completadas en tu lista, estás desperdiciando tu vida.

Apasionarse es la razón para estar vivo.

Apasionate y aprendé a bailar Tango

El punto azul pálido

Amar el Tango

¿Qué tomaríamos seriamente?

En febrero de 1990, cuando la sonda espacial Voyager 1 completó su misión principal y abandonaba el Sistema Solar, la NASA hizo que girara su cámara y tomara una última fotografía de la Tierra a petición del astrónomo y autor Carl Sagan.

Esta fotografía es conocida como “El punto azul pálido”.

Se convirtió en un icono para reflexionar sobre las acciones sin sentido de sus habitantes, infligiéndose grandes dolores unos a otros en la realización de empresas egoístas.

¿Cómo, entonces, voy a dar form a mis hábitos, con el objetivo de producir deleite en los demás y en mí mismo, y procurar cultivar una existencia de la que pueda estar orgulloso, una vida hermosa para ser considerada como un ejemplo?

No dejes pasar más tiempo: aprendé a bailar Tango

Lección de Tango

¿Qué es bailar?

¿Cómo poner en palabras una experiencia que es principalmente física y emocional?

Imaginate que un día te sientís completamente consciente. De repente, sientís que estás despierto, que hasta ahora estabas en un estado semi-dormido.

De ahora en adelante siempre vas a querer estar despierto y consciente.

Eso es bailar.

¿Qué es ser un bailarín o bailarina?

Es hacer de tu deseo de volver a esa sensación de estar despierto y ser consciente de la fuente y guía de todos los demás elementos que componen tu vida.

Clases de Tango para todos los niveles

Escuela de Tango de Buenos Aires - Marcelo Solis

Tango y salud

¿Cuál es el valor del baile?

El asombroso poder de nuestra tecnología nos permite producir todos los medios de nuestra subsistencia a un costo muy bajo. Crecimos acostumbrados a sentirnos con derecho a la satisfacción de todas nuestras necesidades básicas: alimentos, ropa, vivienda, educación, transporte y medios de comunicación. Son derechos humanos, en el momento presente, ya que sería un crimen negárselos a cualquier persona debido a nuestro actual estado de abundancia.

Toda forma de sociedad siempre ha asegurado los medios básicos de subsistencia para sus esclavos. Es crucial para la subsistencia de toda la sociedad. Lo que es diferente en nuestra sociedad es que nunca ha sido tan barato.

Sin embargo, hay cosas que no se podrán adquirir a bajo precio, cosas para las que no se aplica el “sentirse con derecho a”, cosas que no son abundantes, cosas que te puede abrir el camino para ir más allá de un estatuto de subsistencia primario, a una manera más compleja y rica de vivir.

Si tus padres no bailaban, no podías percibir el valor de bailar en tu infancia, de la manera en que aprendiste el valor del dinero, por ejemplo.

Si sus padres pasaron toda su vida enfocados primordialmente en subsistir, podemos decir con certeza que eran esclavos. No deberíamos estar menos agradecidos con ellos por eso. Probablemente no tenían conocimiento de su situación u otras formas de vivir. Su sacrificio ayudó a hacer el mundo en que vivimos hoy, y nos ayudó a estar aquí hoy también.

Esto es algo que descubrís poco a poco en el tiempo que viene después de experimentar el bailar, si te atrevés a pensar en eso.

¿Seguirías siendo esclavo si tuvieras la posibilidad de ser libre?

Sólo te costará renunciar a todos esos medios superficiales para complacerte, que son baratos incluso cuando son caros y lujosos; baratos porque realmente no te cuestan ningún esfuerzo, ni sudor, ninguna emoción ni pasión, incluso cuando te excitan enormemente. Baratos porque solo te cuestan dinero.

Lo peor es no dejar que tus hijos sepan que pueden bailar.

Tango de espectáculo

¿Qué es un error?

Si estás pintando un cuadro, un paisaje, por ejemplo, estás activando un proceso en el que el resultado final será el paisaje.

Cuando bailás, el proceso y el resultado final son lo mismo.

Hay práctica, entrenamiento, aprendizaje, y estas instancias de la elaboración de tu baile son aquellas en las que los errores, los malosentendidos y los accidentes forman parte del proceso, que consiste en desarrollar el conjunto de habilidades y el nivel de sensibilidad que te permiten convertirte en un buen bailarín, un proceso que para un buen bailarín nunca termina.

A menudo tenemos callejones sin salida en nuestra personalidad, algunas situaciones desencadenan una fuerte desconexión con la realidad, rompen nuestra interacción con los demás, nos desvían hacia el interior y nos impiden ver aspectos de nuestro carácter que contradicen nuestro ideal e impiden nuestra mejora. Desperdiciamos una enorme cantidad de energía en esas situaciones. Las emociones se desbordan en nosotros fuera de nuestro control.

¿Cómo lidiar con tales situaciones?

Hay que situarse en una posición en la que uno no tenga más remedio que aceptar, que decir “sí” a las realidades físicas de tu cuerpo y del mundo físico, aceptar que el tiempo fluye hacia adelante, sin ninguna posibilidad de retroceso, reconocer que tu compañía (tu pareja de baile) y las otras personas (las otras parejas en la pista de baile y en la milonga) tienen sus propios deseos y limitaciones, incluso si no son conscientes de ellos, para reconocer tus propios deseos y limitaciones, y decir “sí” a todo con alegría.

Estarás bailando Tango.

Encontrá tu clase de Tango

Show de Tango

El baile no es…

Una coreografía.

Cuando ves bailar, podés describir objetivamente los movimientos que ves y notar la coincidencia de esos movimientos con los sonidos de la música. Una descripción como esta, aunque sea precisa, no puede reemplazar la experiencia de presenciar el fenómenos de la danza. Tus palabras pueden ser muy efectivas para producir emociones en tu audiencia, pero estarás haciendo poesía, no bailando.

Explicar cómo bailar el Tango requiere múltiples habilidades, comenzando con la habilidad fundamental de bailar el Tango.

La tarea de enseñar el arte del baile del Tango es compleja, ya que su tema no admite simplificaciones. Saber bailar el Tango requiere el mismo proceso que conocer a un ser humano, no un ser humano cualquiera, sino una persona en particular. No vas a conocer a una persona en tu primer encuentro, ni en el segundo; vas a conocer más y más sobre este ser humano en particular cada vez que te encuentres con él o con ella. Este ser humano, como todos los seres humanos, tiene muchas capas en su personalidad. Podrás encontrar las capas de esta persona cuando se encuentra frente a un público, y otras capas al presentarse en privado, cara a cara, uno a uno. A medida que llegás a conocer a esta persona cada vez más, vas desarrollando lazos con esta persona.

Esta persona no es una partícula que flota en el vacío. Esta persona pertenece a un mundo. Llegás a conocer su mundo al conocer más y más sobre esta persona. En algún momento, para conocer realmente a esta persona, tendrás que ir a ver el mundo de esta persona y ver a esta persona en su mundo, conocer a su familia y amigos, y si esta persona proviene de otro país y otra cultura, viajar allí.

El Tango, como baile, no es una abstracción. Se te aparece empíricamente en el baile de tu maestro, en su persona. Para bailar Tango, inevitablemente, tendrás que conocer a esta persona cara a cara, en clases grupales y en lecciones privadas. Él o ella será tu primera experiencia de bailar el Tango, a partir de la cual se van a moldear todas tus experiencias posteriores. Buenos Aires es el mundo al que pertenece el Tango, así como la persona particular y concreta de tu profesor de Tango. Para conocer realmente el Tango, deberás verlo en Buenos Aires, en las milongas, con sus iguales, y experimentarlo vos mismo, no una vez, sino regularmente.

El Tango es la vida.

Clases de Tango para todos los niveles

Tango en Buenos Aires

Caminar mientras abrazás a tu pareja es lo fundamental del baile del Tango.

Es la forma en que te conectás con vos mismo, con tu pareja, con la música y con la pista de baile.

Los milongueros experimentados prestan una atención meticulosa a su caminata y continúan trabajando para mejorarla incluso después de décadas de baile.

Practicá caminar solo y con pareja. Escuchá la música de Tango de la Época de Oro todos los días, no como una tarea de la escuela, sino porque te apasiona. Tenés que ir a las milongas.

Tenés que bailar en Buenos Aires.

Aprendé a bailar con los mejores maestros de la milonga

Realización

Algo tiene que cambiar en tu vida: ¡Bailá Tango!

Bailamos porque valoramos una vida plena.

Nos mantenemos comprometidos con nuestro cuerpo, reconociéndolo como la fuente de nuestra existencia. Lo recibimos sin haberlo pedido. Eso significa, para mí, que fuimos desafiados a vivir.

¿Cuál sería el precio de una vida así?

Una vida construida paso a paso como una interpretación de la música de tu realidad cotidiana. Una vida que no rechaza nada de lo que sucede, incorporando cada acción en la cadena de tu propia historia, diciendo:

“Era necesario que sucediera, debía suceder, yo quise que sucediera”.

El Tango te espera. Vení a nuestras clases.

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Lecciones privadas de Tango

Lecciones privadas

La manera más efectiva de aprender a bailar

¡Animate!

Historia del Tango – Parte 9: Eduardo Arolas. La evolución de la música del Tango.

Historia del Tango – Parte 9: Eduardo Arolas. La evolución de la música del Tango.

Arolas 18 años en 1910 | Historia del Tango

Juventud

En 1909, cuando Eduardo Arolas compuso “Una noche de garufa”, aún no había adquirido una educación musical formalizada. Tenía 17 años.

Aún así, en su primera composición, todos los elementos de su estilo están presentes, estallando en el mundo, para regocijo de todos aquellos que, como nosotros, aman el Tango.

Esta cualidad no puede atribuirse a ningún otro compositor de Tango.

Ninguno de sus colegas tenía un estilo definido durante sus primeras composiciones y necesitarían muchos años para desarrollarlo. Las obras de Arolas tienen características tan avanzadas, que continuarán sorprendiendo por siempre a los amantes del Tango, preguntándose cómo, con qué inspiración y de qué fuente las extrajo.

Nació el 24 de febrero de 1892 en el naciente barrio industrial de Barracas, en el extremo sur de Buenos Aires, donde creció jugando entre talleres, sitios de construcción, almacenes, depósitos, obreros, conductores de carros, cuarteadores, payadores y arrieros.

A los 6 años, comenzó a aprender a tocar la guitarra con su hermano José Enrique.

Hasta 1906 tocó este instrumento, con amigos, en ambientes informales, y eventualmente comenzó a tocar en cafés y bailes de su barrio.

Arolas era considerado un interprete hábil y versátil.

Acompañó a Ricardo González “Muchila”, que tocaba el bandoneón. El sonido de este instrumento ejerció una fuerte atracción sobre Arolas. Adquirió uno pequeño, con 32 notas, y comenzó a aprender de Muchila.

Una noche de garufa, Eduardo Arolas | Aprende a bailar y aprende la cultura del tango en nuestras clases en la Escuela de Tango de Buenos Aires

Después de vender mercadería en las calles durante muchos años, sus padres abrieron finalmente una tienda mayorista y un bar frente a la estación de trenes de Barracas.

Arolas, conocido como “el Pibe Eduardo”, y su hermano tocaban valses de Waldteufel (muy de moda en ese momento) para entretener a la clientela.

Después de terminar el tercer grado, abandonó la escuela y comenzó a trabajar en diferentes oficios para ayudar a su familia: cadete, repartidor, aprendiz en un taller de pintura, en la fabricación de carteles comerciales, ilustrador, decorador y caricaturista, siendo este ultimo oficio uno convirtió en otra de sus pasiones, como se ve en el dibujos de las portadas de sus propias composiciones musicales y de algunos de sus colegas.

En la hoja de registro de la estación de policía de su vecindario, apareció clasificado como “compadrito”.

En 1909 tocó un bandoneón de 42 botones, acompañado por Graciano De Leone en la guitarra.

Ese mismo año fue a presentar su primera composición a Francisco Canaro.

En 1910 tocó con Tito Roccatagliatta, el violinista más importante de esa época; Leopoldo Thomson, quien estableció el contrabajo en las orquestas típicas, y Prudencio Aragón, pianista y compositor, autor de “Siete palabras”.

En 1911, a los 19 años, tocó en Montevideo por primera vez, la ciudad que se convertirá en su hogar cuando, por desamor, se exilie voluntariamente de Buenos Aires. En este concierto, Arolas tocó un bandoneón de 71 botones estándar.

A su regreso de este viaje, comenzó sus estudios musicales formales con José Bombig, director de la banda penitenciaria nacional, que tenía un conservatorio en la avenida Almirante Brown, en el barrio de La Boca.

Portada de de la partitura original de

Durante esos tres años en el conservatorio, realizó un extenso y muy rentable recorrido por los burdeles de la provincia, con los violinistas Ernesto Zambonini y Rafael Tuegols.

Durante esta gira, conoció a Delia López “La Chiquita”, y comenzó una relación que se convirtió en una fuente de gran inspiración para él, así como en el probable desencadenante de las desafortunadas elecciones que aceleraron su desaparición.

De regreso en Buenos Aires, trabajó principalmente en su propio barrio de Barracas, en varios lugares, incluido el suyo, “Una noche de garufa”, que abrió con su amigo, el industrial Luis Bettinelli.

Su primera composición, publicada en 1912, tuvo un gran éxito inmediato.

Siguieron otras composiciones de notable inspiración, aunque hoy no son tan conocidas como deberían ser: “Nariz”, dedicada a su “amiguita” Delia López; “Rey de los bordoneos”, dedicado a sus músicos; “Maturango”; “Chúmbale” y el vals “Notas del corazón”, dedicado a su madre.

En 1910 las primeras grabaciones de una orquesta con el bandoneón, dirigida por Vicente Greco, fueron lanzadas por Columbia Records. La gran aceptación por parte del público de estas grabaciones propició la aparición de numerosos sellos discográficos compitiendo por el mercado. Arolas comenzó a grabar en 1912 para Poli-phon, con Tito Roccatagliatta en violín, Vicente Pecci en flauta y Emilio Fernández en guitarra.

Durante 1912 comenzó a tocar en el centro de Buenos Aires, y pronto incluyó en su formación al gran pianista y compositor José Martínez, autor de “El cencerro”, “La torcacita”, “Pablo,” Punto y coma “,” Canaro “, entre muchos grandes tangos, para tocar en el cabaret Royal Pigall, en la calle Corrientes 825.

Este mismo año, Roberto Firpo llamó a Arolas y Roccatagliatta para tocar con él en el famoso cabaret Armenonville.

Eduardo Arolas | Historia del Tango | Aprende a bailar en la Escuela de Tango de Buenos Aires
Eduardo Arolas y su cuarteto de 1912 | Aprender a bailar el tango es aprender una cultura
Arolas with Roccatagliata and Firpo 1914 | Historia del Tango

Más tarde, Arolas se distanció de Firpo y tenía un cartel en sus presentaciones que aclaraba “Aquí no tocamos las composiciones de Firpo”. Pero “Fuegos artificiales” se convirtió en un exquisito resultado de este encuentro. Firpo siguió grabando muchos de los tangos de Arolas.

Escuchemos la magnífica interpretación de “Fuegos artificiales” de Anibal Troilo y su Orquesta Típica, 1945:

Derecho viejo. Música para aprender a bailar en la Escuela de Tango de Buenos Aires

El centro

Después de alejarse de Firpo, en 1914, el afroamericano Harold Philips tocó el piano por un tiempo en la orquesta de Arolas.

En 1915, Arolas tocó junto con Agustín Bardi al piano y Roccatagliatta en violín.

En 1916, formó un trío con Roccatagliatta en violín y Juan Carlos Cobián en piano, tocando en los cabarets Montmartre, L’Abbaye y Fritz, todos ubicados en el centro de la ciudad. Este trío a veces se expandió a un cuarteto para incluir un violoncello. También hicieron un recorrido por la provincia de Córdoba.

De regreso en Buenos Aires, el trío fue contratado para tocar en fiestas y bailes de las mansiones, embajadas y clubes selectos de la clase alta de Buenos Aires. En este tipo de presentaciones, no se toleraba ninguna interacción entre músicos e invitados, una regla que Arolas nunca aceptó, lo que resultó en su reemplazo por Osvaldo Fresedo.

Entre 1913 y 1916, su composición y producción musical mostró una mejora evidente debido a sus estudios musicales y la experiencia adquirida en su profesión. Consolidó su fama, llevando a su orquesta al nivel de los más destacados, dejando los cafés de su barrio, tocando en la calle Corrientes y en los lujosos lugares de Palermo, en el interior de Argentina y en Montevideo.

Algunas de las composiciones de este período, entre las muchas que hoy se han olvidado, son “Derecho viejo”, interpretada aquí por Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica en 1945:

“La guitarrita”, por Juan D’Arienzo en 1936:
“Rawson”, de nuevo, por El Rey del Compás:
También “Araca” y “Anatomía”.

Específicamente con respecto a la composición “Araca”, solo hay una magnífica interpretación grabada por el “Cuarteto Victor de la Guardia Vieja” en 1936, con Francisco Pracánico al piano, Ciriaco Ortiz en el bandoneón, y Cayetano Puglisi y Antonio Rossi en los violines:

Cubierta de la partitura del tango

Eduardo Arolas en 1917 | Escuela de Tango de Buenos Aires

Ruptura

El tercer y último grupo de composiciones, desde 1917 hasta 1923, mostró una evolución musical aún más marcada, de sentimientos más profundos, nostálgica, casi llorando con masculina vulnerabilidad, jugando con su característico fraseo rítmico.

Estas obras fueron influenciadas por la ruptura con su amante Delia López,

quien terminó involucrada con su hermano, y su posterior inmersión en el alcoholismo y la tristeza crónica. Entre ellos: de 1917, “Comme il faut”, escuchamos la grabación de Anibal Troilo en 1938:

y “Retintin”, llamado primero “¡Qué hacés, qué hacés, che Rafael!”, dedicado a su violinista, amigo y secretario, Rafael Tuegols. Toda la orquesta cantó el nombre de la canción en las actuaciones. La escuchamos aquí por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, con Rodolfo Biagi al piano::

Menos conocidos, desde este mismo año, son “Marrón glacé (Moñito)”, dedicado al caballo de carreras de su amigo Emilio de Alvear; “El chañar”, del cual hay una interpretación de Alfredo De Angelis grabada durante la década del cuarenta::

y “Taquito”, grabado solo por Arolas::

Consagración

En 1917, formó un quinteto con Juan Luis Marini en piano, Rafael Tuegols y Atilio Lombardo en violines, y Alberto Paredes en violoncello, y grabó para Victor con un contrato ventajoso. Inusual para la época, incluyó la voz de Francisco Nicolás Bianco “Pancho Cueva”, en dos grabaciones, solo igualadas por la contemporánea grabación de Gardel-Razzano con Firpo en “El moro”. Bianco, quien más tarde también grabó con Firpo, fue un famoso payador, que usó el lunfardo en sus actuaciones, y fue el hermano de Eduardo Bianco, el gran director de orquesta que tocaba tangos en Europa.

La portada de la composición “Lágrimas” merece una mención especial debido al autorretrato de Arolas.

Dedicado a la madre de su colega y violinista Tito Roccatagliata, combinó una deliciosa primera parte rítmica con una segunda parte profundamente emocional. Ricardo Tanturi lo grabó en 1941:

En 1918 su orquesta se formó con él, como primer bandoneón y director, Manuel Pizzarro en el segundo bandoneón, Rafael Tuegols en el primer violín, Horacio Gomila en el segundo violín, Roberto Goyeneche en el piano y Luis Bernstein en contrabajo.

Este fue el pico de su carrera, tocando tanto en Buenos Aires como en Montevideo.

Pronto, Julio De Caro se uniría a su orquesta.

1918 nos trajo dos tangos eminentemente rítmicos: “Catamarca”, inicialmente llamado “Estocada a fondo”, del cual Carlos Di Sarli nos dejó una magnífica interpretación en 1940:

El otro tango es “Dinamita”, que podemos escuchar en la versión de 1918 de Roberto Firpo:
Aquí podemos apreciar una auténtica dinamita rítmica, su peculiar forma de jugar con la melodía y sus técnicas avanzadas de composición, utilizando ya las mismas “canyengueadas” que escuchamos en los arreglos de Osvaldo Pugliese y Astor Piazzolla muchas décadas después.
Ese mismo año, Arolas conoció a Pascual Contursi en Montevideo, y de este encuentro produjeron “Qué querés con esa cara”, letra que Contursi escribió para “La guitarrita” de Arolas, grabada por Carlos Gardel:
Este año culminó con una de sus composiciones inmortales: “Maipo”, de suprema belleza, con una primera parte verdaderamente sublime, de profundidad patética, hiriente, y una segunda parte de tristeza sentida y profundas emociones. Bailemos con El Rey de Compás Juan D’Arienzo que grabó este maravilloso tango en 1939:
1919 comenzó con nada menos que “El Marne”, un verdadero concierto de estructura avanzada para su época. Había que esperar a que músicos calificados entregaran el mensaje de sus notas. Nos quedamos aquí en la misma tanda, con el Maestro D’Arienzo y Juan Polito al piano:
La productividad de Arolas es asombrosa. Su fabulosa inspiración desborda: “Cosa papa”, entre sus últimas grabaciones, en línea con sus mejores logros como autor:

Cubierta de la partitura del tango

“Rocca”, dedicado a su gran amigo, el terrateniente y guardián de las tradiciones argentinas, Santiago H. Rocca. En la edición de la partitura musical podemos ver un retrato del homenajeado, embellecido por un fino dibujo de Arolas.

No hay grabaciones que sepamos de este tango, pero tenemos la suerte de escucharlo en la pianola de Horacio Asborno.

Eduardo Arolas con su gran orquesta de los carnavales de Montevideo | Historia del Tango

Montevideo

“Viborita” es otro de sus delicados tangos, con la peculiaridad de tener solo dos partes, sin trío, como era su costumbre. Grabado en 1920 por primera vez por la Orquesta Típica Select de Osvaldo Fresedo. Su partitura musical no se publicó hasta después de 1930, cuando el sobrino de Arolas recibió un paquete con manuscritos. Por eso aparece publicado como obra póstuma. Una excelente interpretación de este tango para bailar en las milongas es la que grabó Francisco Lomuto en 1944:

“De vuelta y media”, de una belleza increíble, de la que tenemos la suerte de escuchar la grabación del autor:

Y “El Gaucho Néstor”, incluido solo en sus grabaciones para Víctor:

En 1919 fue contratado para tocar en las celebraciones del Carnaval de Montevideo, al frente de una gran orquesta.

Arolas en Montevideo | Historia del Tango

De regreso en Buenos Aires, realizó una gira por la provincia con un trío en el que Julio De Caro tocaba el violín. Luego tocó en los cabarets Maxim y Tabarís, en el centro.

A partir de este momento, solo hubo unas pocas ocasiones más en las que Arolas tocó en Argentina.

Su colapso moral y físico había comenzado.

Se mudó de forma permanente a su casa de Montevideo y formó una orquesta en la que tocaba Edgardo Donato.

En 1920 viaja a Europa acompañado por Alice Lesage. Este año solo dio una composición, dedicada a ella, “Alice”. Manuel Buzón hizo una excelente grabación de este tango, que nos gusta disfrutar bailando:
En 1921 regresó de Europa y permaneció en Uruguay. Este año compuso “Pobre gaucho”, dedicado a sus colegas de orquesta, y “Bataraz”, ambos grabados por Firpo:
Posiblemente, este es también el año en el que compuso la que se considera su obra maestra: “La Cachila”. Lo tiene todo. Después de una primera parte intensa, de incomparable belleza, viene una segunda parte con ritmos renovadores, vibrantes, penetrantes, ricos y desgarradores. Así lo interpretó Osvaldo Pugliese:

Se ha convertido en uno de los clásicos del género, de presencia permanente en el repertorio de orquestas de todos los tiempos.

Adiós Buenos Aires

En 1922, realizó un segundo viaje a Europa, con intension de trabajar, pero no recibió ayuda de la comunidad de músicos de tango que vivían allí. Por su cuenta, consiguió contratos ventajosos para tocar en París y Madrid.

Durante sus últimos tres años de vida, residió en Europa, y solo conocemos la composición “Place Pigalle”, que registró en Francia.

Murió de tuberculosis el 29 de septiembre de 1924 en un hospital de París. Tenía 32 años.

En 15 años como compositor, escribió 120 títulos, de los cuales solo unos 20 son ampliamente conocidos.

Durante el tiempo de Arolas, la música de Tango era mucho más simple de lo que es hoy.

Eduardo Arolas, retrato | Historia del Tango

Como músico, dio la fuerza de su emoción a sus actuaciones, rompiendo su instrumento en muchas ocasiones, dejándolo como un paraguas invertido por el viento. Era un instrumentista refinado, ideando formas de fraseo y armonización desconocidas hasta el momento. Creó los fraseos octavados, los pasajes armonizados en terceras tocados con ambas manos, los “rezongos” con las notas graves, y con Juan Maglio Pacho, perfeccionó la técnica de las notas ligadas en el bandoneón. Todos elementos que se hicieron esenciales para el Tango.

Su lenguaje musical, como compositor y como instrumentista, era Tango puro, un lenguaje que la gente de los barrios del Río de la Plata entiende, un lenguaje que fluye sin esfuerzo como agua de manantial.

Su actuación era vibrante, brillante, simple, sin variaciones, muy matizada y colorida.

Como director, es posible identificar dos etapas de su trabajo. Desde 1911 hasta 1915, en el que sus formaciones son similares a las otras de la época, integradas por bandoneón, violín, flauta y guitarra. La guitarra es la base rítmica y los otros instrumentos tocan la melodía, aunque a veces todos tocan juntos en las partes que requieren más volumen sonoro. Escuchemos “El entrerriano” (Odeón 1913):

De 1917 a 1919, aunque algunas veces todavía podemos escuchar una guitarra, el piano se convierte en la médula espinal del ritmo, complementado por violines y violoncello, y, por supuesto, el bandoneón. Su ritmo es más “elástico” sin perder “polenta”, más versátil y con más flujo de sonido. Definitivamente mucho más avanzado que las orquestas contemporáneas a él. Escuchemos “Comme il faut” (Victor 1918):

En comparación con las otras orquestas que tocaron durante el mismo período, la de Arolas fue la que tocó más lento, como una forma de lograr más expresividad, cambiando el ritmo de 2/4 a 4/8, y cambiando el esquema rítmico:

Ritmo del tTango de la Guardia Vieja | Historia del Tango
Nuevo ritmo del Tango a Partir de Eduardo Arolas | Historia del Tango

Arolas, con su orquesta, abrió una amplia brecha a través de la cual se pudo vislumbrar el advenimiento de las formas más evolucionadas de la interpretación instrumental del Tango.

Como compositor, llevó al Tango a un nivel más elaborado con la fuerza de su originalidad. Según Osvaldo Pugliese, junto con Agustín Bardi (en nuestro próximo trabajo), es uno de los pilares del Tango. Su trabajo consiste en composiciones de belleza superlativa, inventiva sobresaliente y profundidad emotiva.

Partitura musical del tango

Desde sus inicios se enlistó en la tendencia del “Tango Criollista”, ubicado emocionalmente en el límite entre la ciudad y el campo (“La guitarrita”), pero gradualmente comenzó a adquirir acentos porteños, al tiempo que aumentaba la carga emocional de sus melodías, dejando de lado la quietud del campo y el olor ácido de los yuyos para compartir el dolor trágico de la ciudad.

Sus obras dan la sensación de que fueron escritas para ser interpretadas por futuras orquestas. Sus obras esperaron pacientemente a través de la evolución instrumental del género y la capacitación de los músicos de la Década de Oro para extraer de ellos toda su belleza latente.

Además de la música inspiradora que compartía con el mundo, también era muy buen mozo, tenía un gran carisma y siempre estaba muy bien vestido. Amaba todos los placeres de la vida, y mientras refinaba su gusto a medida que crecía artísticamente, adquirió más conocimientos sobre su profesión y comenzó a tocar en lugares de mayor calidad.

Escuchemos el bandoneón de Arolas en un solo:

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