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Tag: lecciones privadas

“Madame Ivonne” por Ricardo Tanturi y su Orquesta Típica, canta Alberto Castillo; 1942.

“Madame Ivonne” por Ricardo Tanturi y su Orquesta Típica, canta Alberto Castillo; 1942.

Enrique Cadícamo. Poeta, letrista, compositor, escritor y autor teatral. Tango argentino.

Enrique Cadícamo

Poeta, letrista, compositor, escritor y autor teatral (15 julio 1900 – 3 diciembre 1999)

Enrique Cadícamo fue el autor del último tango que Gardel grabó en la Argentina, antes de emprender su última gira, el tango “Madame Ivonne”, grabado el 6 de noviembre de 1933.

Y así, podríamos seguir comentando títulos exitosos hasta extenuarnos en ese cometido.

Sin dudas, Enrique Cadícamo fue uno de los autores más prolíficos de nuestra música popular.

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“Nueve de julio” por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, 1935.

“Nueve de julio” por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, 1935.

9 de julio, Tango.

José Luis Padula

Guitarrista, pianista, compositor y director (30 octubre 1893 – 12 junio 1945)

Este músico hijo de inmigrantes, nacido en la norteña provincia de Tucumán, incursionó en el tango y en el folclore.

Su padre era italiano, él le trasladó su inclinación por la música.

Ya de niño, tocaba la armónica y la guitarra.

Lamentablemente, quedó huérfano a los 12 años y no contó con su madre, de la que casi nada se sabe.

Por ese motivo, siendo aún muy joven, salió a la calle a procurarse la subsistencia.

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“Escuela de Tango” por Rubén Juarez

“Escuela de Tango” por Rubén Juarez

Alberto Vaccarezza, autor de grandes Tangos.

Música: Leo Lipesker. Letra: Julio Martín.

Soy aquel que conocieron,
bailarín de los mejores,
cuando el tango era una ciencia
muy difícil de aprobar.
Con un ocho no alcanzaba
pa’ rendir el suficiente,
en el aula embaldosada
de algún patio del arrabal.

De esa escuela milonguera
nació el tango abacanao,
de polaina, gacho y lengue
fue a coparse la ciudad.
Si hasta la calle Corrientes
ensanchó bien sus pulmones
al oler agua florida
y frescura de percal.

Tiempo de escuela de tango
en los barrios orilleros,
un dos por cuatro silbado
bajo un farol esquinero.
Corralón, patios, parrales,
son postales de otros tiempos,
pero al compás de los fueyes
late el alma del porteño.
¡Dame cancha Buenos Aires,
que el tango vuelve triunfal!

Vos pebete de esta hornada,
tan alegre y bullanguera,
que ignorás al Buenos Aires
de antes de la Diagonal,
arrimate un cacho al viejo
y pedile que te diga
que hay de cierto en lo que cuentan
los porteños de verdad.

Y después que te lo cuente
yo me juego la cabeza
que en el nuevo dos por cuatro
vos también te anotarás.
Pa’ que nunca se nos pierda
esta historia tan querida
con olor a agua florida
y frescura de percal.

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El bandoneón y el Tango

El bandoneón y el Tango

Tocando el bandoneón tradicional, el instrumento principal del tango argentino.

¿Cómo se convirtió el bandoneón en el instrumento más representativo del Tango?

Inventado en Alemania, el bandoneón es un instrumento de la familia de la concertina.

Historia:

Las concertinas fueron concebidas como una mejora del acordeón: la primeras concertinas, inventada en 1829 en Inglaterra por Sir Charles Wheatstone, y 1834 en Alemania por Carl Friedrich Uhlig, tenía cinco botones a cada lado de la caja, donde cada botón puede tocar dos diferentes notas al abrir o cerrar el fuelle.

Concertina Uhling, antecesor del bandoneón, el instrumento principal del tango argentino.

El sonido de la concertina fue concebido para combinarse bien con los violines, alentando su uso en las orquestas de cámara.
El bandoneón es un instrumento musical que surgió de la evolución de la concertina, inventado por Carl Friedrich Uhlig (1789-1874) en 1839, inspirado en el acordeón y concebido como una versión portátil del armonio (un tipo de órgano de bombeo).

Carl Friedrich Uhlig, inventor de la concertina, antecesor del bandoneón, instrumento principal del tango argentino.

El bandoneón es parte de la categoría de caña libre accionada por fuelle, a veces llamada cajas de compresión.
 
El sonido se produce cuando el aire fluye a través de las cañas vibrantes montadas en un marco.
 
El nombre proviene de Heinrich Band, un músico, que en 1846 comenzó a vender una versión mejorada de la concertina que diseñó, con 28 botones (produciendo 56 tonos). Más tarde agregó más botones, alcanzando un total de 65.
Vale la pena señalar que Heinrich Band nunca patentó el bandoneón, ya que vio su instrumento como una mejora de la concertina.
Recibió su nombre de los clientes de Band llamándolo ‘Band-o-nion’.

Heinrich Band murió a los 39 años en 1860, y su esposa continuó la producción de bandoneones.

Bandoneon AA 1920, el favorito de los músicos de tango.

La fábrica donde se produjeron los bandoneones era propiedad de Carl Zimmerman.
 
Este luego emigró a los Estados Unidos y siguió produciendo su instrumento, que se hizo popular entre los inmigrantes irlandeses y también inventó otro instrumento de cuerda conocido como el arpa automática y vendió su fábrica en Alemania a Louis Arnold.
 
El hijo de Louis Arnold, Alfred Arnold, que trabajó en la fábrica desde su infancia, finalmente desarrolló un bandoneón con 71 botones con dos notas cada uno (produciendo 142 tonos).
Su versión, llamada “AA”, se convirtió en el bandoneón preferido de los músicos argentinos de tango.

Fábrica de bandoneones en Alemania.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la fábrica de Alfred Arnold, ubicada en lo que se convirtió en Alemania del Este, fue expropiada y terminó la producción de bandoneones para convertirse en una fábrica de piezas de motores diesel.
 
Arno Arnold, el sobrino de Alfred, pudo escapar del este de Alemania y abrió una fábrica de producción de bandoneones en Alemania occidental en 1950.
Esta fábrica cerró después de la muerte de Arno, en 1971.
Debido a que el bandoneón no fue patentado, nunca se registró información sobre los materiales utilizados para construir uno, como las aleaciones precisas de las cañas vibrantes metálicas que son diferentes para cada nota.

Hoy, varias personas y empresas en Alemania se han asociado utilizando la última tecnología para estudiar los bandoneones históricos de AA y volver a producirlos.

El bandoneón llega a Buenos Aires

El primer bandoneonista mencionado en Buenos Aires fue Tomas Moore, “El inglés”, quien trajo este instrumento a Argentina en 1870.
 
Domingo Santa Cruz (autor del famoso tango “Unión Cívica”) tocó la concertina hasta que Tomas Moore presentó su bandoneón.
Estos bandoneones eran una versión primitiva del instrumento de 32 tonos.
Después de 1880, cuando el Tango comenzó a desarrollar su forma definitiva, los bandoneonistas más reconocidos fueron:
 
Antonio Francisco Chiappe y “El Pardo” Sebastián Ramos Mejía.
 
De estos bandoneonistas, hay un tango primitivo, o “proto-tango”, “El Queco”, muy popular en ese momento.


“Unión Cívica” de Domingo Santa Cruz, de Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, grabado en 1938.

Arturo De Nava, uno de los primeros bailarines de tango.

El bandoneón no fue aceptado de inmediato por los músicos y bailarines de Tango.
Las formaciones originales de la banda de música de flauta, violín y guitarra tocaron un ritmo staccato, brillante y rápido.
 
El bandoneón, con su “legato”, con sus notas bajas, favorecidas por sus instrumentistas, que insistían constantemente en que sus productores alemanes agregaran notas bajas, no parecía pertenecer al Tango.
 
Pero, de hecho, le dio al Tango lo que le faltaba hasta la integración del bandoneón, y el bandoneón encontró la música para la que parecía haber sido creado.

El gaucho y el Tango.

El bandoneón, a diferencia de otros instrumentos del Tango, como el violín, la flauta, la guitarra, el arpa y, más tarde, el piano, no tenía tradiciones a las que referirse.

Era un pedazo de papel en blanco en el que aún se podía escribir cualquier cosa.

No había maestros ni métodos para ello.

Todo tuvo que ser creado desde cero.

La cultura de los gauchos y los compadritos, de la autosuficiencia y el estar siempre listo para las aventuras, era apta para recibir un instrumento con el que nadie podía decirte qué hacer y en el que podías convertirte en un creador absoluto.

El organito y el Tango.

Quizás las similitudes entre su sonido y el sonido de los organitos que difundieron el Tango por todas partes, ayudaron a su aceptación.

En los primeros años de la música del Tango, el “organito”, tuvo un papel importante en su difusión inicial en toda la ciudad de Buenos Aires.

Estaba hecho de tubos o flautas y un teclado que es operado por un cilindro, lo que permite el paso del aire para producir diferentes notas.

El aire es generado por fuelles que se activan simultáneamente con el cilindro al girar un mango.

El “organito”, como el órgano y el bandoneón, es un instrumento de viento.

El sonido del “organito” preparó quizás los oídos de los porteños para una transición natural al bandoneón en el Tango, cuando finalmente llegó en 1880.

Es alrededor de estos “organitos”, donde los hombres fueron vistos bailando tangos en la calle, practicando “cortes y quebradas”.

Juan Maglio Pacho, bandoneonista de los inicios del Tango.

Juan Maglio “Pacho”

(1881-1934) Fue esencial para la aceptación del bandoneón como instrumento musical del Tango.

Comenzó a tocar profesionalmente a principios de la década de 1900, primero en burdeles y luego en cafés, hasta que, debido a su creciente prestigio, fue convencido de tocar en el famoso Café La Paloma, en Palermo, en 1910.

En 1912 comenzó a grabar para Columbia Records.

Su éxito fue tan grande que la palabra “Pacho” se convirtió en sinónimo de “grabaciones”.

“Armenonville”, recorded by Juan Maglio “Pacho” in 1912.

En 1910, la Casa Tagini, encargada de la sucursal de Columbia Records en Argentina, produjo las primeras grabaciones de una formación musical dedicada exclusivamente a tocar tangos que incluía el bandoneón.

En la necesidad de una etiqueta apropiada para esta formación musical, nació el término “Orquesta Típica Criolla”, que con el tiempo devendría “Orquesta Típica”, siendo utilizado para designar a las orquestas dedicadas a la música del Tango.

Columbia records orquesta tipica criolla Greco Tango

Vicente Greco

(1888-1924), conductor y bandoneonista de esta formación musical.

“Rosendo”, grabado por Vicente Greco y su Orquesta Típica Criolla en 1911.

Otra ventaja del bandoneón era su portabilidad.

Muchos de los primeros bandoneones fueron con anterioridad guitarristas: Vicente Greco, Ricardo González “Muchila”, quien le presentó el bandoneón a Eduardo Arolas, quien también tocaba la guitarra antes; Graciano De Leone, quien tocaba la guitarra y fue introducido al bandoneón por Arolas.

Eduardo Arolas en 1917

Eduardo Arolas

 (1892 – 1924) El más importante bandoneonista de la historia del Tango.

Creó el fraseo octavado, los pasajes armonizados en terceras tocados con ambas manos, los “rezongos” tocados con las notas graves (un efecto particular que hace que el bandoneón suene como un gruñido), y con Juan Maglio Pacho, perfeccionó la técnica del ligado en el bandoneón, todos los elementos que se volvieron esenciales para el Tango.

“Rey de los bordoneos”, grabado por Eduardo Arolas y su Orquesta Típica en 1912.

Eduardo Arolas en la historia del Tango

Pedro Maffia, músico del tango.

Pedro Maffia

(1899-1967)

Encontró en el bandoneón esos sonidos oscuros que diferenciaron al bandoneón para siempre de la flauta, que al principio el bandoneón reemplazó y trató de imitar.

No se sabe qué don secreto le hizo encontrar en el seno de los sonidos del bandoneón lo que nadie había descubierto antes.

“Un capricho”, grabado por Pedro Maffia y su Orquesta Típica en 1929.

Osvaldo Fresedo, músico del Tango.

Osvaldo Fresedo

(1897-1984)

Nacido en Buenos Aires en una familia acomodada, parece haber influido en su arte: su orquesta, refinada y aristocrática, era la favorita de los círculos adinerados.

Sin embargo, a pesar de que el padre de Osvaldo era un hombre de negocios y rico, a la edad de diez años, su familia se mudó a La Paternal, un barrio un tanto alejado y humilde, con casas planas en un entorno popular que tuvo su efecto en su destino.

Fue allí donde comenzó a tocar el bandoneón.


“Arrabalero” por Osvaldo Fresedo y su Sexteto Típico, 1927.

Carlos Marcucci, músico del Tango.

Carlos Marcucci

(1903-1957)

Fue un virtuoso del bandoneón, que escribió un método para aprender a tocar el instrumento que todavía está en uso.

Fue uno de los precursores de la corriente virtuosista en el bandoneón.

Fue un gran técnico pero también con grandes dones para la interpretación. Sus arreglos fueron complejos.

Escribió una variación sobresaliente para su tango “Mi dolor”.

Poseía un alto dominio técnico, una digitación sorprendente y una velocidad abrumadora en sus variaciones realizadas con precisión matemática.

Fue su iniciativa sistematizar los solos tocados con ambas manos.


“Mi dolor” por Carlos Marcucci y su Orquesta Típica, 1930.

Pedro Laurenz en el sexteto de Julio De Caro

Pedro Laurenz

(1902-1972)

Continuó la forma en que Arolas tocaba, incorporando las “compadreadas” que tanto le gustaban.

Era un bandoneón de grandes técnicas, hábil con ambas manos (tonos altos y bajos), excelente en sonido, enérgico en sus actuaciones y vehemente en los fraseos.

Fue el fundador de una escuela de performance, componiendo tangos sobresalientes y escribió exquisitas variaciones.

“Arrabal”, grabado por Pedro Laurenz y su Orquesta Típica en 1937.

Ciriaco Ortiz, músico del Tango.

Ciriaco Ortiz

(1905-1970)

Fue un bandoneonista reconocido por su fraseo y su habilidad para hacer cantar al bandoneón.

Sería absolutamente imposible transcribir en una partitura lo que toca en su instrumento.

Lo que aporta es la forma de frasear, de dividir la melodía, encontrar matices y armonizar.


“Alma de bohemio” por el trío de Ciriaco Ortiz con guitarras, grabado en 1935.

Es un estilo con reminiscencias del modo de tocar la guitarra del milonguero criollo, que a pesar de que no ha tenido seguidores, puede que haya influido mucho en Aníbal Troilo.

Anibal Troilo tocando el bandoneón

Aníbal Troilo

(1914-1975))

Fue uno de esos pocos artistas que nos hace preguntarnos qué misterio, qué magia produjo esa relación con la gente.

Integró todos estos enfoques en su forma de tocar el bandoneón, tomando algo de cada uno de ellos, mientras que fue un maestro de la personalidad y el sentimiento en su expresión.

En la orquesta de Anibal Troilo, su bandoneón es el instrumento en el centro de los arreglos musicales.

Anibal Troilo y su Orquesta Típica.


“Quejas de bandoneón” por Anibal Troilo y su Orquesta Típica, 1944.

Los bandoneones hacen la substancia de los temas en las orquestas de Juan D’Arienzo y Osvaldo Pugliese.

Juan D'Arienzo


“El marne” por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica. 1938

Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica


“La Yumba” por Osvaldo Pugliese y su Orquesta Típica, 1946.

En la orquesta de Carlos Di Sarli, los bandoneones dan un matiz, tal vez tomando en cuenta de la intención de Ulich (el inventor de la concertina) de dar un matiz particular a una orquesta de cámara.

Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica


“Y hasta el cardo tiene flor” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, 1941.

El bandoneón es un instrumento de expresividad excepcional, que lo hizo perfecto para un género musical que pretende comunicar todo el arco iris de emociones posibles.

Además de su gran rango de sonido, al menos 142 notas (compáreselo con un piano que tiene 88), el carácter de su sonido cambia según las acciones de apertura (suave, aireado y dulce) y cierre (rústico, fuerte y gutural). )

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“Griseta” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, canta Roberto Rufino; 1941.

“Griseta” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, canta Roberto Rufino; 1941.

Música: Enrique Delfino Letra: José González Castillo

Mezcla rara de Museta y de Mimí
con caricias de Rodolfo y de Schaunard,
era la flor de París
que un sueño de novela trajo al arrabal…

Y en el loco divagar del cabaret,
al arrullo de algún tango compadrón,
alentaba una ilusión:
soñaba con Des Grieux,
quería ser Manon.

Francesita,
que trajiste, pizpireta,
sentimental y coqueta
la poesía del quartier,
¿quién diría
que tu poema de griseta
sólo una estrofa tendría:
la silenciosa agonía
de Margarita Gauthier?

Mas la fría sordidez del arrabal.
agostando la pureza de su fe,
sin hallar a su Duval,
secó su corazón lo mismo que un muguet.
Y una noche de champán y de cocó,
al arrullo funeral de un bandoneón,
pobrecita, se durmió,
lo mismo que Mimí,
lo mismo que Manón.

English translation

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