Fue autor teatral y director artístico.

De origen español, algo ya hacía en teatro allá en su tierra, vocación a la que se dio casi enteramente en Buenos Aires desde que arribara, allá por 1908 trabajando de actor en sus principales escenarios.

La casi totalidad de los autores teatrales de aquella época escribían la canciones de sus obras y él no escapó a aquella modalidad.

Nació en Elba, la itálica isla mediterránea situada entre Córcega y la Toscana, donde fuera confinado Napoleón en 1814.

Cuando contaba 12 añitos, sus padres emprendieron el camino de América, llegando al puerto de Buenos Aires el 27 de abril de 1920.

Su incrustación en el Nuevo Mundo arrancó en la isla Maciel, junto a inmigrantes, aventureros, obreros portuarios y de la construcción, y los sustratos del hampa que lucían sus cortes y quebradas. 

Años duros, bravíos, más todavía para un chiquilín que no dominaba el idioma y que se topó bruscamente con la repentina ceguera del padre por lo cual debió salir a ganar trabajar.

Aunque abandonó el colegio, nunca dejó de leer, hasta sus últimos días y ello le facilitó el manejo de la lengua, los giros porteños y el descubrimiento precoz del naciente tango.

Con 16 años conoce al famoso Juan Maglio y le aporta unos versos a los cuales Pacho le pone música y así nace “Tango argentino”.