Enrique Francini fue un violinista de notable precisión, vibrato perfecto, sonido pulido e inconfundible con una mano izquierda prodigiosa, se ha destacado, además, por una forma personal de dividir la frase musical.
Se convirtió en un músico importante debido al arduo estudio de su instrumento, incluso en la cima de su éxito, estudió más que nunca.
Su paso actuación en la orquesta de Miguel Caló fue su consagración definitiva.