Tenía la necesidad y el hábito de la composición.
Él mismo lo cuenta: "Extraigo los motivos de mis canciones de la vida misma, de lo que veo desfilar ante mis ojos, de toda impresión que recojo al pasar, agregando a ello, al verterlo el papel, mi propia emoción.
Todo lugar es propicio para tomar apuntes, que luego son versos... Prefiero el género sentimental y sobre todo en el tango, que es por si nostálgico, afinan más con el temperamento de nuestro pueblo.
Me atrevería a afirmar que los argentinos somos un poco románticos..."