Fue el creador del sainete en la Argentina.
Caló hondo en la sensibilidad del pueblo.
Su obra representa, aún en su liviandad, un verdadero documento de época. De cuando las corrientes inmigratorias llevaba a la mayoría de los recién arribados a vivir en hacinamiento, sufriendo con las dificultades del idioma y la diversidad de culturas, sumado a la desesperanza del presente y la incertidumbre del futuro.
Los trazos gruesos de tal situación fueron exactamente captados por Vaccarezza, pero tuvo la virtud de desdramatizarlos. En sus obras estaban los malos y los buenos, pero cuando ya se orillaba la tragedia, porque salían a relucir revólveres o cuchillos, los bravos contendientes arrugaban o alguien se encargaba de hacerlos entrar en razones. Los finales eran siempre felices y románticos.
Vaccarezza fue una autor prolífico de letras de tango.