Rufino fue un decidor, un fraseador, un intérprete que sabía perfectamente cual era el mensaje de lo que estaba cantando.
Nació el seis de enero de 1922, en Agüero 753 —pleno barrio del Abasto—.
En 1938 pasa a integrar la orquesta de Carlos Di Sarli y comienza a grabar en 1939.
En efecto, llegó a grabar, junto a Di Sarli, cuarenta y seis páginas.