Su orquesta expresaba un tango clásico, sencillo, muy rítmico y tremendamente popular.
La etapa más brillante de su orquesta fue entre los años 1953 y 1960, en al que se destacaban sus voces femeninas, primero la mejor cancionista de su país (Uruguay): Nina Miranda, luego Olga Delgrossi quien actuó con él durante siete años.
Donato Racciatti contribuyó a la vigencia del tango bailable y popular, con tremendo éxito desde el punto de vista comercial y muy requerido en toda América y en Japón.
Fue un compositor de obras sencillas, de melodías pegadizas, muy bien receptuadas por un público masivo que bailaba tarareando las letras.