Ser un buen bailarín implica la búsqueda de un mayor equilibrio, control y soltura en tus movimientos, tanto física como espiritualmente.

Bailar conduce a una mayor conciencia de tu propio cuerpo.

Esto repercute en una preocupación por desarrollar hábitos cada vez más saludables y así desarrollar una relación más equilibrada con las personas que te rodean y contigo mismo.

Bailar significa conocerse mejor a uno mismo y a las personas en general.

Bailar Tango es aprender continuamente a ver la vida desde la perspectiva de una persona que baila.

Bailar Tango es bailar tu vida.