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Tag: bailar

Para bailar bien el Tango

Para bailar bien el Tango

Marcelo Solís bailando tango argentino con Mimi

Para bailar bien, es decir: para BAILAR, tendremos que organizar nuestra vida en esa dirección; no voy a lograr bailar bien si mi vida se desarrolla lejos de ese objetivo.
En efecto, si lo que anhelo es, por ejemplo, hacer dinero, mi vida entonces se va a orientar en esa dirección, en la dirección de abstracciones (el dinero es una abstracción), muy lejos de mi cuerpo real. 

Póngase cualquier proyecto en esta balanza y considérese a qué distancia se encontrará el objetivo principal de ese proyecto de la realización de un buen baile.

Nadie está obligado a bailar bien. Las verdades, los proyectos de vida, los deseos no pueden ser los mismos para todos.
 
Yo me inclino a pensar de esta manera: cuando llegue al final de mi vida, qué quisiera ver en la estela dejada por esa vida.
 
Imaginemos todas las vidas posibles que podríamos llevar a cabo. Tratemos de pensar y sentirlas, pesarlas, olerlas, mirarles sus colores, medir el alcance de sus rascacielos luminosos de triunfos y sus abismos negros de malos sabores.

Quizás todos vivamos en mundos diferentes, con las cosas y las personas con las que nos rodeamos. Una vida podría así desarrollarse en la dirección de una elección del mundo propio en el cual habitar.
 
Considero que, quizá, una buena manera de vivir se desarrollaría en la dirección de volverse cada vez más capaz de dirigir y seleccionar lo que se incorpora al proceso de nuestra existencia.
 
En particular, en lo que a mí respecta, prefiero lo que hace mi fisiología poderosa, mi cuerpo más versátil, adaptable y feliz, mi mente lúcida, mi espíritu liviano y bailarín.
 
Esta es la pregunta fundacional que se responde con la vida misma: ¿Cómo vivir?
¡Eso sería bailar!
Ahora bien, ¿debería yo preguntarme “para qué” y/o “para quién”?
 
Podríamos también tal vez respondernos: “hay cosas inmediatas, urgentes que resolver, vivimos en un momento preciso de la historia la cual nos condiciona, es decir, nos esclaviza y obliga a hacer cosas que no haríamos de otro modo. Pospongamos, entonces, nuestro plan, nuestra vida, hasta que hayamos resuelto el presente y respondido a todas las obligaciones implícitas en sus llamadas”.
 
La verdad, mi verdad en particular, en relación a esto, es que eternamente vamos a estar obligados con el presente. Ya nacimos así: OBLIGADOS.
 
Mi opinión en esto es la siguiente: es una cuestión de perspectiva; depende mucho de desde dónde miramos la vida, dónde nos colocamos –física y espiritualmente– para mirarla.
 
Escuchemos el tango “Me quedé mirándola”, por Anibal Troilo con Alberto Marino en voz. (Te pregunto… ¿Hay otra versión de este tema que podamos bailar?)
 
A veces la gente se va del baile, es decir, abandona el proyecto de bailar, porque chocan contra una barrera la cual no se animan a cruzar. Aunque siempre se dan a sí mismos otras excusas.
 
Yo mismo he abandonado muchas de mis vidas anteriores para alivianarme lo suficiente para poder continuar bailando.
 
¡Y no crean que no van a encontrar dudas; dudas sobre sí mismos y sobre el valor del baile!
 
Hay muchos mundos posibles, muchas realidades paralelas a las que no se pueden acceder de ninguna manera “objetiva”, como podrían ser los logros de la ciencia y la tecnología.
 
¿No pensás que habría que atreverse?
 
Pero esto es una cuestión de gustos.
 
Cuando yo veo a alguien que baila, que BAILA, veo a alguien libre. Ya su cuerpo no es ergastulum, como decía la iglesia católica en la edad media, significando “prisión del espíritu”, un espíritu que tiene que esperar hasta la muerte para ser liberado.

Cuando veo a alguien BAILANDO, veo su espíritu ya libre en la vida, ya no esperando, posponiendo, procrastinando vivir para encontrarse quizás un día con esa pregunta fundamental no solo no respondida, pero aún nunca hecha.

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Conocé más sobre nuestro Tango

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“Uno” por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, canta Héctor Mauré; 1943.

“Uno” por Juan D’Arienzo y su Orquesta Típica, canta Héctor Mauré; 1943.

Enrique Santos Discépolo, retrato.

Enrique Santos Discépolo

Poeta, compositor, actor y autor teatral (27 marzo 1901 – 23 diciembre 1951)

La obra de Discépolo despertó interés en el campo del pensamiento.

El español Camilo José Cela lo incluyó entre sus poetas populares preferidos y Ernesto Sábato no ha dudado en identificarse con su filosofía pesimista.

Otro escriba de Buenos Aires, Julián Centeya, al reseñar unos de sus filmes, habló de «filosofía en moneditas», a la vez que arriesgaba una analogía —sin duda desmedida— entre Discépolo y… Carlitos Chaplin.

Continuar leyendo sobre Enrique Santos Discépolo en www.todotango.com

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bailar, Buenos Aires, clases, milonguero, musica, tango, tango argentino

“Nos encontramos al pasar” por Lucio Demare y su Orquesta Típica, canta Horacio Quintana; 1945.

“Nos encontramos al pasar” por Lucio Demare y su Orquesta Típica, canta Horacio Quintana; 1945.

Nos-encontramos-al-pasar-disco-vinilo

Música: Raúl Kaplún. Letra: José María Suñé.

Nos encontramos al pasar
Estás igual, igual que ayer,
Hay en tus ojos la ansiedad
Y el mismo gris de anochecer.

Sé de una pena mortal,
Que en tu alma dejó
Terror de poder amar.
Y es esa pena mortal,
La cruz de tu amor, ya ves
Que nos quiso separar.
Nos encontramos al pasar,
Y hoy como ayer
Te quiero igual.
Sigue igual que ayer, tu noche
Sombra y pena de un recuerdo,
No me cabe ni un reproche,
Si estás en un infierno
Que puede más que yo.
Tengo siempre aquel cariño
Fue y es tuyo, todo tuyo,
Tu ayer deshecho
Está tan lejos,
No vuelve nunca más.
Hay un pasado que olvidar
Y un gran dolor, que hay que matar,
Hay otra vida por vivir
Y está este amor, que aún vive en mí.
Tenemos mucho que andar,
Por eso mi voz
Se prende a tu soledad.
Busco en la sombra espantar,
Las voces de horror, que agitan
Tus noches de ansiedad.
Hay una vida y un querer,
Que están en mí
Igual que ayer.

English translation of the lyrics

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“El distinguido ciudadano” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, 1952.

“El distinguido ciudadano” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, 1952.

Carlos Di Sarli firmando autógrafos.

Carlos Di Sarli

Pianista, director y compositor (7 enero 1903 – 12 enero 1960)

Di Sarli no encajaba en los cánones de la guardia vieja ni en los del tango de la revolución decariana, sino que encontró su propio estilo sin concesiones a la moda del momento. 

Tuvo la influencia de Fresedo en sus comienzos pero solo como un antecedente ya que pronto se diferenció y tomó su propio camino.

Fue un talentoso ejecutante de piano.

Desde su instrumento dirigía la orquesta dominando la sincronía y la ejecución del conjunto. En el estilo de Di Sarli no había solos de instrumentos, la fila de bandoneones cantaba por momentos la melodía, pero tenía un papel esencialmente rítmico y milonguero. Solo el violín se destacaba de un modo extremadamente delicado, en algún solo breve o en un contracanto. 

Su fecunda inventiva estuvo prevalentemente consagrada a la mano izquierda en la cual, con excelente y purísimo sonido, creó una manera de decir, de acentuar, de modular, de “rellenar” y de “bordonear” que era una pieza fundamental en el estilo del músico, encadenando los compases de la obra y acentuando un ritmo delicado y elegante, especial para la danza.

Continuar leyendo sobre Carlos Di Sarli en wikipedia.org

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“Boedo y San Juan” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, canta Roberto Rufino; 1943.

“Boedo y San Juan” por Carlos Di Sarli y su Orquesta Típica, canta Roberto Rufino; 1943.

Roberto Rufino con Di Sarli

Roberto Rufino

Cantor y compositor (6 enero 1922 – 24 febrero 1999)

Fue conocido como “El Pibe del Abasto” o “El Pibe Terremoto” y cantó con reconocidas orquestas como las de Carlos Di Sarli, Miguel Caló y Aníbal Troilo, además de hacerlo como solista.

En 1939 –cuando tenía 17 años- a instancias del representante de Carlos Di Sarli que le había oído cantar, el músico le compró un traje de pantalones largos, – Rufino venía de un hogar humilde y usaba pantalones cortos- lo integra a su orquesta, lo presenta en Radio El Mundo y en el cabaret Moulin Rouge y el 11 de diciembre de 1939 graban para RCA Víctor el tango “Corazón, de Di Sarli y Héctor Marcó.

Luego siguieron grabando –llegó en esa etapa a 46 piezas, un historial sin precedentes para sus 21 o 22 años- y dejó momentáneamente a Di Sarli.

En 1943 volvió con Di Sarli y el 17 de diciembre de ese año se registró el tango “Boedo y San Juan”, última grabación de la dupla Di Sarli – Rufino.

Continuar leyendo sobre Roberto Rufino en wikipedia.org

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