Era un barítono, con un estilo bien porteño, de personal fraseo, con un modo muy particular por el cual fue reclamado por varios directores de orquestas, sobre todo por aquellos que daban especial importancia a la musicalidad y al ritmo.
En 1942 fue requerido por el maestro Lucio Demare para integrar su orquesta.
Ese mismo año grabó "Soy muchacho de la guardia".