Bardi sentía el Tango con esencia campera, como si fuese un transplante de la sensibilidad tradicionalmente criolla a la música del Tango, que es la más representativa manifestación sentimental de la ciudad.
Es el caso de “Se han sentado las carretas”.
Las obras de Bardi conservan siempre frescura y fuerza, alcanzando cada vez mayor atracción en sus audiencias por la belleza y la autenticidad de su contenido.