Llegó de niño al país radicándose con sus padres en Mendoza donde a la par de crecer iba formando en él el espíritu argentino al compás de la guitarra, aprendida en edad temprana allá en su Italia natal.
Debutó en un teatro de la ciudad cuyana con un trío llamado Los Mendocinos, y debido a sus cualidades de intérprete como así del repertorio autóctono cuyano, sencillo y bello, se hizo de un prestigio que lo llevó a Buenos Aires a grabar discos para la Victor, obteniendo gran suceso con su hermoso vals “Recuerdos”, página que siempre se recuerda y nos liga a aquella época.
Su arte exquisito, su hermosa voz, sus bellas canciones, lo arrimaron a su inmortal colega, Carlos Gardel, quien le brindó su afecto.