Ejecutante de sonido y de fraseo inconfundible, ha sido un auténtico diseur en su piano, modalidad intimista de la que es exactamente representativa su versión de "Qué solo estoy".
Por igual, sus arreglos instrumentales y vocales, tienen el sello de su fina personalidad de artista, así como los conjuntos que ha dirigido.
Demare siempre compuso solo sus temas y prefería hacerlo sobre textos ya realizados.
La orquesta de Lucio Demare fue de las más sutiles y sentimentales que se podía escuchar en la década del cuarenta.