Era el hermano menor de los Podestá, la gran familia artística dirigida por José Podestá (Don Pepe o Pepino el 88), fundadora del teatro criollo.
Desde pequeño aprendió todos los secretos del circo y a los ocho años ya era un mimado del público por sus exhibiciones acrobáticas.
Cuando su hermano y guía, Pepe, decidió formar compañía, transformóse en actor, y al lograr hacerse un nombre como tal formó la propia, estrenando en su larga carrera los mejores dramas de Florencio Sánchez y otros grandes autores criollos de la época.
Los que lo vieron actuar aseguraron que no tuvo rival en la escena y lo recordaron siempre como el más grande de nuestros actores.
José Martinez compuso este tango en su honor.