Fue el presentador de orquestas como la de Enrique Campos, o la de Osmar Maderna; las luces de los mejores escenarios porteños lo supieron iluminar.
Sus tangos se mantuvieron en la cima del «hit parade Columbia» por años.
Allá por septiembre y octubre de 1957, llegaba al record histórico de venta, un millón de discos, con el tango “No me hablen de ella”.