En 1940 comenzará su etapa fundamental al ingresar a la orquesta del pianista Ángel D'Agostino junto a quien permanecerá hasta 1946, dejando 94 temas en el disco, que constituyen verdaderas joyas del género.
Cantor de una personalidad impresionante, es el símbolo del fraseo porteño de los años cuarenta.
Su fraseo era reo y compadrito pero al mismo tiempo, de un infinito buen gusto.
Ángel Vargas murió joven y todavía sin declinar sus condiciones interpretativas, fue sin duda uno de los más grandes artistas de nuestro Tango.
Entre sus grabaciones podemos destacar su versión de "Ninguna".