Muchas razones son coincidentes para considerar a Horacio Sanguinetti como una de las plumas que ayudaron a prestigiar la literatura del tango, especialmente en el tramo, justificadamente famoso, que ha quedado clavado en la historia del género como La Década del Cuarenta.
A esa calificada e inolvidable hornada de músicos, compositores, autores e intérpretes, perteneció Horacio Sanguinetti.
Por sensibilidad, por temperamento y por militancia generacional, trascendiendo cómodamente en ella a través de una fecunda producción —rica y notoria—, que si bien tiene algunos altibajos, está considerada y consagrada en su mayoría, por títulos que se han impuesto holgadamente al olvido.