Hoy es recordado antes como autor que como intérprete, seguramente a causa de lo difícil que es encontrar los discos de su orquesta.
Todas sus composiciones son páginas memorables, dotadas a menudo con una melodía afligida de rara y preciosa nostalgia.
Pracánico mantuvo inalterable su estilo, emparentado con el de varias orquestas de ese entonces, propicio tanto para los bailarines como para los que deseaban escuchar en la tranquilidad de sus hogares del disco de moda.