No hubo rueda criolla o conjunto gauchesco en Buenos Aires y sus aledaños que no lo contara como uno de sus grandes animadores desde el 1900, pues de niño inicióse en el arte del zapateo y muy pronto luego, los secretos de la guitarra para acompañarse cantando primero y después servir a su inspiración, en estilos, cifras, milongas, etc.
Ya en el tiempo de sus primeras andanzas Carlos Gardel le grabó el estilo “El sueño”, su primigenia obra, en 1912, en discos Columbia y a través del tiempo hizo lo mismo con “Maragata”.
Martino fallecería en 1938, pero tres años después de su muerte, Aníbal Troilo, que admiraba profundamente a Carlos Gardel y quería que su orquesta sonase como la voz del Morocho, adaptó esta tonada en tiempo de tango y realizó una maravillosa creación con la impagable entonación de Francisco Fiorentino.