Su trabajo en la empresa “La Cargadora” lo obligaba frecuentemente a alejarse de la actividad musical como ejecutante. Por eso nunca quizo asumir la responsabilidad de dirigir una orquesta.
No le gustaba tocar en los cabarets, ya que estas actuaciones debían realizarse muy tarde en la madrugada, y él tenía que levantarse temprano para su trabajo diurno. Los últimos años de su actuación como pianista profesional los desarrolló preferentemente en las reuniones danzantes de los sábados y domingos en los salones de las colectividades españolas e italianas.
A principios de 1921 realizó una gira por el interior de Argentina, aprovechando sus vacaciones en la empresa, con Graciano De Leone.
Fue la antesala de su alejamiento definitivo como pianista profesional.