Fue violinista en conjuntos de la época.
Podemos recordar su participación con Vicente Greco, con un trío junto a Eduardo Arolas y Rafael Tuegols, en la orquesta de Firpo, en la del Tano Genaro (con Juan Carlos Cobián al piano), con Manuel Aróztegui y en otras formaciones olvidadas.
Francisco Canaro, que no era de hablar mal de sus viejos compañeros, y a quien Zambonini dedicó el tango, junto a Félix Camurano, no se inhibió de describir negativamente su personalidad: «Tenía el vicio de emborracharse, y cuando estaba en ese estado se convertía en hombre impertinente y provocador en extremo» y se citan sus palabras porque entre sus andanzas se cuenta una acaecida también en La Boca. En un local tocaba una orquesta de italianos y por alguna razón, seguramente el alcohol, los obligó durante horas a que ejecutaran únicamente su tango “La clavada”. Suponemos que la imposición habrá tenido una amenaza contundente.
Ernesto Zambonini fue uno de los creadores del compás canyengue con el violín.