Fue un gran cantor, no sólo por su calidad interpretativa, también por su personal voz y fraseo.
Su mejor momento fue cuando cantó con Rodolfo Biagi, orquesta que tenía sus seguidores pero que no estaba entre las más cotizadas.
Sin embargo, escuchando sus discos, uno puede apreciar su timbre de barítono con reflejos atenorados y el equilibrio con que colocaba su voz que, no obstante su potencia, lograba un resultado amable y delicado.
Fue un gran cantor al que seguiremos disfrutando a través de sus magníficas grabaciones.