Sin duda, Fulvio Salamanca fue uno de los más grandes pianistas del Tango, pero además fue un excelente director y arreglador que nos dejó registros inolvidables.
Sus interpretaciones se han caracterizado por una peculiar marcación rítmica sincopada y por el empleo agudo y sobreagudo de las cuerdas.
Lo cierto es que se destacó por su técnica y virtuosismo, capaz de seguir el desenfreno rítmico de D'Arienzo y ponerle belleza.