Era un gran intuitivo, que aprendió a tocar el piano mirando cómo tocaban sus amigos.
Inclusive dejó la música en varias oportunidades para trabajar como asalariado en distintas compañías, como Bunge & Born, Dreyfus, y en una escribanía.
Su carrera profesional comienza en 1911, con un trio formado con Augusto Berto en bandoneón y Julio Doutry en violín.
Solía inventar la melodía de sus composiciones improvisando durante sus conciertos.
En un momento integró una formación junto a Francisco Canaro, quien le llevó al papel su primera obra “Pura uva”.
Una vez que había ganado experiencia, tocando en cafetines de La Boca, fue convocado por Eduardo Arolas para ocupar el lugar dejado vacante nada menos que por Agustín Bardi.
En este período, Arolas se encargaría de las transcripción de sus composiciones.