Su afición musical nació luego de oír a Pacho que, en esa época (1905), actuaba en un café sito en Thames y Guayanas (actual Niceto Vega).
En 1912, acompañabo por Paulino Facciona (violín) y Manuel Firpo (bandoneón), actuó en el Café El Maratón (en Canning y Costa Rica). Un descomunal tiroteo concluyó con sus presentaciones al cabo de seis meses. Parece ser que el bandoneón atraía parroquianos belicosos.
El Capuchino, especie de cine-bar fue el nuevo escenario, ambiente más bien pacífico; su actuación allí se prolongó tres años.
Su primer tango —“El apache argentino”—, se oyó allí por vez primera vez en 1913.