Ya con la experiencia que dan los años, escribió una síntesis de su historia en 140 versos. En el octeto final declara:
Yo me planto aquí, en la esquina
del barrio de mis recuerdos
como quien espera en copas
la noche del año nuevo.
Me acompaña un bandoneón
de teclado amarillento
porque el tango está en mi sangre
y porque es criollo y es nuestro.