Fue un notable músico, dueño de un sonido muy tanguero y de un singular fraseo.
En 1938, su amigo Anibal Troilo, quien ya había formado su propia orquesta, lo convocó a ella.
Esta unión no sólo lo identificaba con la misma sensibilidad musical, también, con los códigos de vida y la bohemia tan especial de esa generación.
La participación se extendería hasta el mes de agosto de 1943.