Su estilo estaba enraizado en forma directa a los conjuntos de guitarras clásicos.

En muchas de sus actuaciones agregó al trío o cuarteto de guitarras otros instrumentos de cuerda: contrabajo, violines y violonchelo.

A los doce años despertó su vocación.

Recorrió en giras muchos países de América.

En Cuba logró un éxito arrollador, realizando varios viajes y muchas grabaciones.

Precisamente es durante esas giras cuando Canet compone dos de sus tangos más famosos: “La abandoné y no sabía”, en Chile en 1943.

Fue un prolífico compositor.

Cantor, guitarrero, autor y actor, Alfredo Navarrine nació en Buenos Aires (barrio San Cristóbal) el 8 de diciembre de 1894.

Llegó a trabajar en las mejores compañías, en los mejores escenarios y también en cabarets.

Con su renombre ingresó a la radiotelefonía donde intervino en programas de relevancia haciendo radioteatro y arte criollo.

Fue muy amigo de Carlos Gardel.

Compuso una gran cantidad de canciones.

Su definitiva proyección hacia el tango que pretendía se inició el 11 de agosto de 1939, al presentarse de nuevo en el café Nacional.

Pugliese era director, pianista y arreglador de ese conjunto, que, esa vez sí, funcionaba como una cooperativa.

Desde un café del barrio de Villa Crespo saltaron a la radio más importante del momento, El Mundo, gestándose una importante hinchada que los seguía, compuesta por fanáticos de su estilo y adeptos al Partido Comunista.

De suma importancia, para cuando su orquesta llegó al disco en 1943, fue la aparición de Roberto Chanel, cantor recio, de voz nasal y estilo compadrito que dejó 31 grabaciones.

Por años, la orquesta de Osvaldo Pugliese estuvo prohibida para la radiodifusión, como medida de censura política, pero ello no logró mermar su popularidad.

Fue un cantor excelente, delicado, de una tibia dulzura, típico exponente de su época.

Con Pugliese graba 31 temas, entre los que se destaca “Fuimos”.

Para los muy conocedores, fue el mejor vocalista de Pugliese, el que mejor y con más calidad representó al maestro.

Con sus arrastres nasales, su canyengue y su dicción de hombre de pueblo mantenía frescas las raíces populares que crearon la música ciudadana.

Fue Chanel quien se identificó como un instrumento de la orquesta, al modo de una viola, como puede comprobarse desde su primera grabación.