Su recia estampa en la que se funde la más auténtica personalidad del cantor de tango.
Esa voz profunda y alta, respetuosa del giro natural de la canción porteña.
El espíritu de zorzal que lo empuja a llevar su canto a todos los rumbos.
Por todas estas cosas, Carlos fue y será uno de nuestros cantores más expresivos.
A fines de 1942, Carlos Acuña fue convocado por Rodolfo Biagi, debuta en Radio Splendid, logrando un gran éxito.
Su trayectoria con Biagi finaliza en 1944, dejando en el disco doce obras.